POR GAEL BUENDÍA
El Poeta del Periodismo
Desde algún rinconcito de Palacio Real a 20 de febrero de 2021. “Majestad, ¿le gustaría ser recordado como ‘El Salvador de la Salud’?”, dijo un “representante” del Cuarto Poder… por no decir uno de los paleros que a diario se desmañanan para acudir a levantar el dedito todos los días en Palacio.
Y bien vale la pena recordarles que dicho término “Cuarto Poder” se le dio a la prensa con el fin de evocar la importante influencia que tienen los medios de comunicación entre la sociedad y opinión pública, sobre todo en gobiernos y representantes.
Tal término “cuarto poder” se popularizó por el escritor y filósofo escocés Thomas Carlyle, quien a mediados del siglo XIX dijo aquella expresión al político y escritor británico Edmund Burke, quien la pronunciaría en el debate de apertura de la Cámara de los Comunes del Reino Unido en 1787.
En fin, si los susodichos quieren cultivarse más sobre el tema, los invito a palparse por Internet. Por ahora seguiré relatando el diálogo en Palacio, que dicho sea de paso el anfitrión se hinchó a tal grado que sus vestimentas le quedaron a la medida.
“Bueno, ejem”, dijo el Cerote y aclarándose la garganta expresó: “Este, ejem, la verdad que modestia aparte la Historia tiene que ser benévola con este humilde servidor. ¡Y sí! Creo que sí me lo merezco, ya que mi pueblo noble y bueno está gozando de lo que prometí en mi campaña”.
“Hoy en día el Reino cuenta con sistemas de salud que ya lo quisiera Dinamarca… ¡pero sobre todo! mis colaboradores, siguiendo mis instrucciones controlamos el Covit-19 como ningún país lo hizo. Y lo que más me orgullece es que la OMS nos ha distinguido como ejemplo. ¿Así que me merezco ser recordado como tal o no?”.
Un nutrido aplauso se dejó escuchar en la sala de conferencia que hizo retumbar las paredes.
LOS PALEROS, LOS MEROS MEROS DEL PALACIO REAL
“Majestad, y sobre los apagones qué le dice al pueblo bueno y sabio”, preguntó otro paler…, perdón, otro asistente a la conferencia.
“Bueno, bueno, hay que verlo por el lado amable…” y haciendo una de sus acostumbradas pausas que se prolongó por varios minutos continuó: “Por enésima vez les digo que los apagones se debieron al cochinero que nos dejaron los neoliberales, sobre todo en el sexenio del “Hijo Desobediente”, alias Jelipillo Talderon o viceversa.
“Pero en cambio… ¿qué creen? Con los apagones aleatorios hemos creado miles de empleos en todo el reinado saliente, beneficiando a millones de hogares.
“Según mis datos Las Fábricas de Velas no se dan abasto, pero, además, en los subsecuentes días los recibos de luz se verán con menos ceros. Otra promesa cumplida en mi campaña…
“¡Ah, y a poco no es muy romántico cenar con velas!”.
SUMISOS ANTE EL REY
En esta ocasión no hubo aplausos. Los asistentes sumisos agacharon la cabeza simulando que hacían anotaciones en sus laptops, hasta que otro de los asistentes levantó el dedito y preguntó tímidamente:
“Majestad, con todo respeto, quiero preguntarle…”, dijo otro de ese gremio (aclaro, uno más, no UnoMasUno)… “sobre el asunto de Feliz Nalgado Maspedonio, ¿qué nos dice? ¿Reculará en su decisión?”.
El rostro del Cerote se contrajo con un rictus de dolor que apenas pudo disimular. A duras penas se alejó del atril y haciendo un supremo esfuerzo susurró la siguiente frase: “Ya, ya cho…le… ¿ya chole, no?”.