POR GAEL BUENDÍA
El Poeta del Periodismo
Desde algún rinconcito del Zócalo a 9 de julio de 2021. Silbano Aureolas, con el rostro desencajado, se quejó: “Ayer que fui a la casa de Betty y Manuel, cuando me abrió la Betty me dijo ‘no está aquel'”.
“No importa, lo espero”, contesté.
Sin la más mínima cortesía y de mal modo, me dijo la consorte de Manolo “como quiera” y se adentró en sus aposentos sin ofrecerme siquiera un vaso de agua.
“¿Qué hacer en estos casos?”, se pregunta Silbano y continua con su relato: “¡Pues nada!, más que echar un vistazo a los aposentos del Monarca… ¡Ah!, porque Manolo no lo disimula, ya que desde que asumió el poder se considera un Monarca”.
Sin duda Manolo bien que manipuló a sus seguidores cuando les informó que la residencia oficial “Los Trinos” la devolvería al pueblo… para carcajearse con dicha acción, ya que de una u otra forma quería justificar su mudanza al Palacio Real para vivir como rey o virrey, como usted guste y quiera.
¡Ah!, pero sus seguidores felices, felices, cuando se abrieron las puertas de “Los Trinos” y pudieron transitar por todas las instalaciones de la residencia presidencial que albergó a varios presidentes. Pregunta: ¿En qué se benefició el pueblo? En nada.
QUÉ CONTRASTE DE VIVIENDAS
En fin, con las pruebas bajo el brazo que me solicitó para demostrar de que mi estado está en peligro de convertirse en un narcoestado fui recorriendo los amplios salones del Palacio.
¡Qué diferencia con aquel departamentito de interés social que fue el domicilio de Betty y Manolo por muchos años. Un departamento de 3 recamaras y en una de ellas con dos literas para sus tres bodoquitos, en la sala un sillón que por las noches se convertía en cama cuando el señor decidía dormir tranquilo.
Vaya que hay mucha diferencia. Ahora en el Palacio Real abundan las habitaciones, según pude ver de reojo, ya que no pude adentrarme en ellas, pues un Ujier me dijo: “Señor gobernador, por órdenes de la señora ¿podría esperar al Monarca en el patio?”.
Opté por obedecer y mientras cruzaba la amplia sala pude ver que el retrato de Hego Chávez pareció cobrar vida y me miraba con burla.
SILBANO A LA CALLE
Y no fue en el patio de Palacio, sino en plena calle, a donde el mismo Ujier me “invitó” a salir… y eso sí, muy compasivo, me ofreció un banquito, el cual fue colocado a un lado de la puerta principal por Academia.
Ahí estuve en espera de que el Monarca terminara su mañanero y me recibiera.
Sin embargo, las horas fueron pasando y Manolo no dio señales ni tuvo la delicadeza de mandar a uno de sus Ujieres para disculparse como debe ser de un Monarca. Luego me enteré que había declarado que el asunto no era de su incumbencia y que acudiera con las autoridades correspondientes.
Y así lo haré, iré ante organismos internacionales para denunciar que en mi estado imperó el crimen organizado para ganar las elecciones… y si esto sigue así, vendrá lo más grave: En las próximas elecciones para elegir presidente el crimen organizado impondrá un candidato.
“¿No tiene miedo que lo inviten a nadar de muertito en el Lago de Cuitzeo?, perdón, creo que se secó, ¿verdad?”, le cuestioné.
‘EL MIEDO ME LO AGUANTO’
“Miedo sí tengo, pues soy un ser humano, pero me lo aguanto… y no me lo perdonaría si me quedara callado, si me callo soy cómplice, y eso no lo permitiré”, concluyó Silbano Aureolas como arremendando a lo expresado por el Rey.
“Tope con lo que tope alzaré la voz para defender a mi estado y a mi país”, enfatiza el gober.
