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LO QUE NO FUE NO SERÁ

Conoce la baraja de aspirantes a dirigir al IPN

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POR MARKOFLOS

 

El Instituto Politécnico Nacional (IPN) es la única institución de educación superior, cuyo director general (rector) es nombrado directamente por el Presidente de la República.

El próximo 20 de noviembre de 2020, el Presidente Andrés Manuel López Obrador, a propuesta del secretario de Educación Pública, Esteban Moctezuma Barragán, deberá firmar el nombramiento de un nuevo director general del IPN o ratificar al actual rector para otro periodo de tres años.

El gobierno de la 4T podría dar una clara señal de la transformación que se está viviendo en el país apoyando el cambio que reclama la comunidad politécnica y miles de egresados del Instituto mediante la designación de un nuevo director general que tenga preparación, experiencia y capacidad que acabe con el cacicazgo que se vive en esa Institución desde hace 17 años, y que lleve a cabo las urgentes reformas académicas, administrativas y jurídicas que requiere el IPN.

El IPN, junto con la UNAM, es una de las instituciones públicas de educación superior más reconocidas y emblemáticas del sistema educativo nacional.

En el caso de la UNAM, cuando se acerca un cambio de rector, se hacen públicas las candidaturas de los posibles nuevos rectores y la comunidad universitaria debate sobre sus capacidades y lo que se desea para dirigir la Universidad.

En la Máxima Casa de Estudios, la elección de rector que realiza la Junta de Gobierno y el Consejo Universitario con sus propias reglas ha sido transparente y han ocurrido los cambios de rector de manera legítima democrática y bien aceptada por toda la comunidad universitaria.

El caso del IPN es muy diferente, desde su fundación en 1936 hasta 1981, la designación correspondía al secretario de Educación Pública.

A partir de 1981, el presidente José López Portillo expidió la cuarta Ley Orgánica del IPN que estableció en su artículo 12: “El Director General será nombrado por el Presidente de la República; tendrá la representación legal del Instituto Politécnico Nacional, durará en su cargo tres años y podrá ser designado, por una sola vez, para otro periodo”.

El artículo 13 establece los requisitos: Ser mexicano por nacimiento y mayor de treinta años de edad; poseer título profesional de una licenciatura cursada en el Instituto Politécnico Nacional, con una antigüedad mínima de cinco años y gozar de reconocido prestigio profesional y académico, tener solvencia moral y estar identificado con los objetivos que le dieron origen a la Institución.

 

YA SON 17 AÑOS DE ESTAR SECUESTRADO EL POLITÉCNICO POR GRUPOS DE CAMARILLA

El titular de la SEP, Esteban Moctezuma Barragán, y el Presidente Andrés Manuel López Obrador seguramente están bien informados de los antecedentes y la forma en que se han designado los directores generales de 2003 a la fecha.

Están claros de lo saludable que sería, para el sistema educativo nacional y para el país, hacer una designación libre de cacicazgos y alejada de grupos de poder que tienen secuestrado al Instituto desde hace 17 años.

En el caso del relevo del 20 de noviembre de 2020, se puede evitar que el Instituto siga en poder de una “vieja” camarilla, que maneja y controla al Instituto, a partir de que el ex  secretario de Educación Pública del presidente Vicente Fox, Reyes Tamez Guerra, nombró director general a Enrique Villa Rivera, a condición de que su sucesora fuera Yoloxóchitl Bustamante (mentora y comadre de Reyes Tamez desde la ENCB).

Esa ‘camarilla’ ocurre actualmente, pues el actual director general Mario Alberto Rodríguez Casas es un incondicional de Enrique Villa y parte de ese grupo que se apoderó del Instituto desde 2003.

Baste decir que Rodríguez Casas ha sido siempre el operador administrativo de Enrique Villa en el IPN, en el IMP y en Conacyt.

Si bien gran parte de la comunidad politécnica ve con orgullo y privilegio que sea el Presidente de la República el que nombre a su director, en los últimos años se ha discutido la posibilidad de cambiar este procedimiento para dar mayor participación a sus 700 mil egresados, 180 mil alumnos, 18 mil profesores y todos los ex directores para una elección más democrática y transparente.

En los últimos años, de un día para otro, se da a conocer el nombramiento sin que se conozca la trayectoria del designado y sin el consenso de la comunidad politécnica.

Estas designaciones se han dado mayormente entre la burocracia académica interna del Instituto, es decir, mediante un procedimiento “Endógeno”. La práctica de la “endogamia” también tuvo lugar por décadas en la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) y fue hasta 2008 cuando se rompió esa regla.

En su momento el brillante ex ministro de la SCJN, José Vicente Aguinaco, al referirse a los relevos “externos” para el máximo tribunal del país, decía: “Es sana la práctica de que vengan de fuera. La endogamia no es buena, en cambio la exogamia sí. Ahí tiene usted -agregó- a las noblezas que se casaban entre sí y de ahí no salían. ¿Qué hijos daban?, taraditos, no?”.

Por ello es sano que la comunidad politécnica y la opinión pública conozcan los perfiles de quienes aspiran a dirigir el IPN, quiénes son los candidatos internos y externos, quiénes los posibles y quiénes los deseables.

Miles de politécnicos serán observadores y testigos el próximo 20 de noviembre de la designación del nuevo director general de su “Alma Mater”, con el deseo y la esperanza que el “cambio” sea para mejorar al glorioso IPN.

Esperan una buena elección para que no digan “Lo que no fue no será”… y tengan que conformarse con más de lo mismo.

 

LISTA DE CANDIDATOS INTERNOS

Se presenta una breve semblanza, primero a los  que tienen trayectoria académico-burocrática dentro del Instituto.

Aunque la lista sería muy larga, los siguientes son los de mejor perfil, los más conocidos en la comunidad politécnica y mencionados con posibilidades para llegar a la Dirección General del IPN.

 

MARIO ALBERTO RODRÍGUEZ CASAS

Actual director general. Es ingeniero bioquímico por la Escuela Nacional de Ciencias Biológicas (ENCB), maestro y doctor en ciencias con especialidad en Bioquímica por el IPN y Diplomado en Alta Dirección de Universidades. Tiene carrera académica-burocrática en el Instituto. Sus primeros cargos directivos los tuvo a partir de 2003 con Enrique Villa como director general del IPN. Fue director de Planeación y Organización, secretario técnico y secretario de Administración. También con Villa como jefe fue director corporativo de Finanzas y Administración del Instituto Mexicano del Petróleo (IMP) y  director de Administración y Finanzas del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt). Antes de ser designado director general, en noviembre de 2017, era director de la Escuela Nacional de Ciencias Biológicas, donde Villa lo había dejado. Ha sido profesor en el IPN.

SI FUERA RATIFICADO PARA EL PERIODO 2020-2023, EL INSTITUTO SEGUIRÍA EN MANOS DEL MISMO GRUPO QUE LO TIENE SECUESTRADO DESDE 2003. LA COMUNIDAD POLITÉCNICA LO SABE.

 

JORGE TORO GONZALEZ

Actual secretario académico. Es licenciado en Físico Matemáticas, egresado de la Escuela Superior de Físico Matemáticas (ESFM) del IPN en 1969; maestro en Ciencias con especialidad en Matemáticas del Centro de Investigación y Estudios Avanzados del IPN (1971) y PH. D. in Mathematics University South Florida USA en 1978. Fue director de la Escuela Superior de Físico Matemáticas y secretario técnico del IPN.

ES RECONOCIDO COMO UN BUEN ACADÉMICO, PERO CARECE DE MANEJO POLÍTICO. DEBE SU PUESTO POR LEALTAD AL ACTUAL DIRECTOR GENERAL.

 

MARÍA GUADALUPE VARGAS JACOBO

Actual secretaria general. Es licenciada en Turismo por el IPN. Tiene una Maestría en un Centro Educativo de Cuernavaca, Morelos, y un diploma en Innovación de Gestión. Sustituyó a Héctor Castuera en la Secretaría General, que es el segundo mando del Instituto y que por ley debiera nombrar el secretario de Educación Pública.

SI BIEN TIENE MÉRITOS ACADÉMICOS EN TURISMO, QUE ES LA MATERIA QUE DOMINA, NO HA MOSTRADO MANEJO POLÍTICO QUE REQUIERE EL PUESTO QUE OCUPA. AL IGUAL QUE JORGE TORO, DEBE SU PUESTO POR LEALTAD AL ACTUAL DIRECTOR GENERAL.

 

JUAN MANUEL CANTÚ VAZQUEZ

Ingeniero y maestro en Ciencias por la ESIME. Fue secretario general del IPN durante el primer periodo de Yoloxóchitl Bustamante. Llegó recomendado por el ex gobernador panista de Querétaro, donde fue secretario de Educación. Ex director de Tecnológicos en la SEP, cargo que entregó a Manuel Quintero por indicaciones de Emilio Chuayffet. Dirigió el POI con Diódoro Guerra como director. Inició su carrera en el sector público con Fernando Elías Calles, de quien fue secretario particular en la Segob.

TIENE AMPLIA TRAYECTORIA EN EL IPN, HA TRABAJADO CON VARIOS GRUPOS DE EX DIRECTORES Y CUMPLE CON EL MANEJO POLÍTICO. ES UN BUEN CANDIDATO.

 

JORGE MACIEL

Ingeniero en Comunicaciones y Electrónica de la ESIME. Fue secretario académico del Instituto con Diódoro Guerra. Es profesor emérito de la ESIME. Cuenta con el apoyo de muchos egresados de la ESIME, de varios ex directores y del empresario Carlos Peralta. Ha sido candidato a la Dirección General del IPN en 2009 y 2012.

TIENE UNA AMPLIA TRAYECTORIA ACADÉMICA Y DOCENTE EN EL INSTITUTO. ES CONOCIDO Y ACEPTADO EN LA COMUNIDAD POLITÉCNICA. CON ÉL AL MANDO DEL IPN, EL PRESIDENTE TENDRÍA UN PROBLEMA MENOS.

 

ÓSCAR ESCÁRCEGA NAVARRETE

Médico de la ESM. Ha sido candidato a la Dirección General en tres ocasiones. Inició en el Instituto como secretario técnico de Diódoro Guerra. Secretario de Servicios Educativos con Enrique Villa en 2003, gracias a una recomendación de Alfonso Durazo que entonces era secretario particular del presidente Fox Quesada. También se le ha vinculado con José Narro y Salvador Malo del grupo UNAM, con quienes trabajó. Fue director del DIF en Tlalnepantla.

TIENE EXPERIENCIA Y MANEJO POLÍTICO… MÁS QUE ACADÉMICO O ADMINISTRATIVO. ASEGURAN QUE SERÁ EL SUCESOR DEL ACTUAL DIRECTOR GENERAL, GRACIAS A QUE TIENE EL APOYO DE ALFONSO DURAZO.

 

RAÚL GONZÁLEZ APAOLAZA

Ex director de la ESIME, ex secretario de Educación del Gobierno de Hidalgo en la administración de Manuel Ángel Núñez. Formó parte del equipo de instalación de cámaras de video en el DF en la gestión de Marcelo Ebrard y se desconoce si aún hay vínculos. En tres ocasiones se le ha mencionado como buen candidato a la Dirección General, principalmente por el apoyo y ascendencia que tiene en el grupo ESIME.

RECIENTEMENTE FUE DIRECTOR CORPORATIVO DEL PROYECTO ‘NUEVO AEROPUERTO’, SE DESCONOCE SI ESTA VEZ LE INTERESA SER DIRECTOR DEL INSTITUTO.

 

EFRÉN PARADA ARIAS

Doctor en Ciencias Biológicas por la ENCB-IPN. Oscar Joffre le dio su primer nombramiento en el Instituto como secretario de Apoyo y Diódoro Guerra lo ratificó. Tiene 82 años de edad. En 2009 le disputó la candidatura a la Dirección General a Yoloxóchitl, pero siendo del mismo equipo al final le dio su apoyo y gran parte de su gente se quedó a trabajar con la doctora. Tuvo otros cargos en la SEP, pero no se le conocen resultados ni aportaciones en ninguno de ellos.
FUE SECRETARIO GENERAL DURANTE LOS DOS PERIODOS DE ENRIQUE VILLA, DEBIDO A SU RELACIÓN CON EL EX SECRETARIO DE EDUCACIÓN, REYES TAMEZ. FUERON CONDISCÍPULOS EN CIENCIAS BIOLÓGICAS.

 

HÉCTOR L. MARTÍNEZ CASTUERA

Médico de la ESEM. Llega al IPN como jefe de Recursos Humanos al lado de Óscar Escárcega, entonces secretario de Servicios Educativos. Fue secretario de Servicios Educativos con Enrique Villa debido a su “apoyo” en la Presidencia, ya que tiene un hermano en lo que fue el Estado Mayor Presidencial. En la gestión de Rodríguez Casas fue designado secretario general del IPN y antes de un año sustituido por María Guadalupe Fernández Jacobo.

TIENE UN PERFIL MERAMENTE POLÍTICO Y SE LE MENCIONA COMO UNO DE LOS CANDIDATOS MÁS FUERTES PARA SUSTITUIR A RODRÍGUEZ CASAS, YA QUE OSTENTA HABER TRABAJADO EN EL EQUIPO DE LÓPEZ OBRADOR CUANDO ERA JEFE DE GOBIERNO DEL DF EN EL ÁREA DE TRANSPORTE Y MOVILIDAD.

 

PRIMO ALBERTO CALVA CHAVARRÍA

Es ingeniero en Comunicaciones y Electrónica, y doctor en Ciencias por la ESIME. Fue director del Planetario “Luis Enrique Erro” del IPN; director de Investigación del IPN y  secretario de Gestión Estratégica del IPN con el director general “emergente” en el periodo 2014-2017, Enrique Fernández Fassnacht, quien se lo llevó a SEP como secretario de Planeación, Evaluación y Desarrollo Institucional del Tecnológico Nacional de México.

HA DICHO QUE QUIERE SER DIRECTOR GENERAL. SE SABE QUE LO APOYA EL EX DIRECTOR ENRIQUE FERNÁNDEZ FASSNACHT. ES SU CARTA PARA SACAR DEL IPN A QUIENES NO LO DEJARON REPETIR OTRO PERIODO. COMO SE SABE, EL GRUPO “VILLA” ORGANIZÓ MANIFESTACIONES A LOS PINOS PARA PEDIR QUE NO SE LE RATIFICARA PARA EL PERIODO 2017-2020 Y ASÍ LOGRÓ COLOCAR A RODRÍGUEZ CASAS.

 

MIGUEL ÁNGEL CORREA JASSO

Fue director general del IPN en el periodo 2000-2003. Es licenciado en Economía y maestro en Ciencias Económicas por la Escuela Superior de Economía del IPN, de la cual fue director. Fue catedrático del IPN y de la CEPAL. Directivo del Colegio Nacional de Economistas. Antes de ser director general, fue secretario general del Instituto. Es de sobra conocido que fue director general gracias al apoyo de Nilda Patricia Velasco de Zedillo, esposa del presidente saliente, que fue su condiscípula en la ESE.

HA DICHO QUE VOLVERÁ A SER DIRECTOR GENERAL. AL PARECER VIENE POR LA REVANCHA, YA QUE NO PUDO SER RATIFICADO PARA OTRO PERIODO Y LO SUSTITUYÓ ENRIQUE VILLA EN 2003. SU GESTIÓN NO FUE BIEN VISTA POR LA MAYORÍA DE LOS EX DIRECTORES GENERALES.

 

MANUEL QUINTERO QUINTERO

Ingeniero aeronáutico de la ESIME. Ex director general del Instituto Latinoamericano de Comunicación Educativa (ILCE) de la Universidad a Distancia y de la DGTV. Tuvo a su cargo dos secretarías en el Instituto. Fue director general del Tecnológico Nacional en la SEP. Ya ha sido candidato a la Dirección General del IPN.

TIENE UNA SÓLIDA EXPERIENCIA EN EL SECTOR EDUCATIVO. SE LE CONSIDERA UN BUEN TÉCNICO CON POCO MANEJO POLÍTICO Y SIN RESULTADOS VISIBLES EN ALGUNA DE LAS RESPONSABILIDADES QUE HA TENIDO.

 

CANDIDATOS EXTERNOS

En este grupo se mencionan a quienes son reconocidos en la comunidad politécnica porque han tenido trayectorias públicas conocidas fuera del Instituto.

Esta lista también podría ser muy larga, pero enunciamos a los de mejor perfil y que más se mencionan dentro del propio IPN para dirigirlo el periodo 2020-2023.

 

ADOLFO JOEL ORTEGA CUEVAS

Es egresado de la Escuela Superior de Ingeniería Mecánica y Eléctrica (ESIME). Tiene amplia trayectoria administrativa y política en el gobierno del DF y en el PRD. Siendo AMLO jefe de Gobierno del DF, en 2004 fue nombrado secretario de Seguridad Pública del Distrito Federal, cargo en que fue ratificado durante la administración de Marcelo Ebrard y lo desempeñó hasta julio de 2008, cuado renunció debido al escándalo de la discoteca “News Divine”. Antes había ocupado diversos cargos: en el Gobierno del ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas, secretario de Transportes y Vialidad. Fue jefe delegacional en Gustavo A. Madero en el periodo 2000-2003. En 2004, el jefe de Gobierno AMLO lo designó secretario técnico del Gabinete de Seguridad Pública y Procuración de Justicia y Gobierno. En 2007 se le otorgó la Medalla Lázaro Cárdenas por desempeño profesional, máxima presea que otorga el Instituto Politécnico Nacional. En 2012 fue coordinador general de campaña de Miguel Ángel Mancera Espinosa y a partir del 10 de diciembre es nombrado director general de Sistema de Transporte Colectivo Metro.

TIENE UNA AMPLIA TRAYECTORIA ADMINISTRATIVA Y POLÍTICA EN EL GRUPO DEL PRESIDENTE LÓPEZ OBRADOR. QUIERE SER DIRECTOR GENERAL DEL IPN Y MUCHOS APUESTAN A QUE CON EL APOYO PRESIDENCIAL ES EL “BUENO”.

 

MARCO ANTONIO FLORES SÁNCHEZ

Contador público por la ESCA. Maestro en Políticas Públicas y licenciado en Derecho con “Mención Honorífica” por la Universidad Iberoamericana. Diplomados en Administración Estratégica por University of California Berkeley; Finanzas por UNAM; Alta Dirección de Entidades Públicas por el INAP y Análisis Político Estratégico por el CIDE, así como cursos de posgrado en Harvard University. Fue oficial mayor de la SEP y de la Conacyt (cinco años de logros en la transformación del Consejo. Relación personal con los científicos más prominentes). Cargos en la SEP con 5 secretarios. Jefe de Departamento y coordinador de Proyecto en “Revolución Educativa” con Reyes Heroles; director de Compras de la SEP, bajo el mando de Manuel Bartlett; secretario técnico de la Comisión de Educación Pública de la Cámara de Diputados. Oficial Mayor de la SEP en la gestión de Fausto Alzati Araiza. Trayectoria de 27 años, con cargos relevantes en el sector público (SEP, SHCP, Segob, SPP, Semarnat, SE, AHISA, Profeco) y ha obtenido logros y resultados durante sus gestiones. Fue coordinador del proyecto “IPN conversión a Organismo Descentralizado” en la Dirección General del IPN con Diódoro Guerra. De 1997 a 2003 fue  docente en el IPN (lo vetaron por haber sido candidato en 2003). Profesor titular en la Universidad Iberoamericana los últimos 5 años, así como miembro del Comité Técnico de la Maestría en Políticas Públicas. Actualmente ejerce la docencia, es articulista y consultor jurídico.

AMPLIA EXPERIENCIA EN LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA Y TRAYECTORIA ACADÉMICA. TIENE ORIGEN Y FORMACIÓN POLITÉCNICA DESDE QUE CURSÓ LA PREVOCACIONAL NÚMERO 6. ES RECONOCIDO Y BIEN VISTO POR LA COMUNIDAD POLITÉCNICA, POR ASOCIACIONES DE EGRESADOS Y POR EX DIRECTORES, TAN ES ASÍ QUE FUE CANDIDATO A LA DIRECCIÓN GENERAL DEL IPN EN LOS AÑOS 2003, 2009 Y 2012.

 

VÍCTOR ALCERRECA

Ingeniero químico de la ESIQUIE. Tiene una trayectoria político-partidista en el PRI. Fue diputado federal y tuvo diversos puestos en Quintana Roo con el apoyo del ex gobernador Joaquín Hendricks. En el IPN ocupó la COFAA y tiene más de 80 años de edad.

EN VARIAS OCASIONES SE HA MENCIONADO COMO CANDIDATO A LA DIRECCIÓN GENERAL POR SU EXPERIENCIA POLÍTICA. EN ESTA OCASIÓN NO SE SABE SI LE INTERESA.

 

ARTURO SALCIDO BELTRÁN

Licenciado en Economía de la ESE. Fue presidente de la Liga de Economistas Revolucionarios en tiempos de López Portillo y diputado federal por el Partido Comunista Mexicano. Tuvo a su cargo el área de Publicaciones en el IPN.

ES RECONOCIDO COMO GENTE DE LA VIEJA GUARDIA DE LA IZQUIERDA MEXICANA. ACTUALMENTE ESTÁ ALEJADO DE LA ESCENA PÚBLICA Y ACADÉMICA.

 

LO QUE NO FUE NO SERÁ

¡Tomás Zerón miente con todos sus dientes!

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Con su declaración, el extitular de la AIC de la FGR se hace pasar como víctima, que no sabe nada y que sólo obedecía órdenes * En el cuestionario que respondió, y que se difunde a menos de un mes del décimo aniversario del caso Ayotzinapa, para nada se menciona al Ejército Mexicano… ¿Qué raro no?

 

ILDEFONSO PEREYRA

 

A menos de un mes del décimo aniversario del caso Ayotzinapa, y quizá como regalo para el Presidente Andrés Manuel López Obrador que ya se va, tan de moda en estos últimos días, resulta ahora que Tomás Zerón de Lucio involucra a Enrique Peña Nieto.

Zerón de Lucio se muestra como una blanca palomita, que no sabe nada y que solo obedecía órdenes superiores.

Tomás Zerón ha cambiado mucho su discurso, según como le convenga a sus intereses, por lo que a todas luces ahora bien puede ser una más de sus mentiras, perdón, su cambio de discurso.

Ahora resulta que Enrique Peña Nieto creó la “verdad histórica”, la que informó a medios de comunicación el exprocurador general de la República Jesús Murillo Karam.

Eso dice Zerón de Lucio en un cuestionario que contestó. Revela que la “verdad histórica” fue construida en reuniones presididas por Enrique Peña Nieto, en las que participaron los secretarios Miguel Ángel Osorio Chong, general Salvador Cienfuegos, almirante Vidal Soberón, el director del Cisen Eugenio Ímaz, el procurador Jesús Murillo Karam, así como Aurelio Nuño y Eduardo Sánchez, vocero y el jefe de la Oficina de la Presidencia, respectivamente.

Entiendo muy bien que fueran reuniones encabezadas por Peña Nieto, pero de eso a afirmar que Enrique construyera la verdad histórica hay un mundo de diferencia. Es el clásico cabeceo para armar escándalo mediático.

Lo dicho por el Presidente Andrés Manuel López Obrador, de que la FGR podría llamar a declarar a Peña Nieto es otro golpe mediático, decir “podría llamar” no se está afirmando nada, solo se menciona un posible hecho.

 

AL ESTILO MORENA, EVADE ZERÓN RESPONSABILIDAD

Tomás Zerón elude una y otra vez su participación en los hechos y en la toma de decisiones clave, desde la tortura de detenidos, las intercepción de comunicaciones, las líneas de investigación, peritajes, etcétera.

Zerón de Lucio recurre repetidamente en sus respuestas a frases como “dicha información sólo la conocía el Ministerio Público de la Federación por ser el titular de la investigación”, o “desconozco dónde se encuentran los seguimientos telefónicos debido a que no eran mis atribuciones”, o “a mí no me entregaron información alguna sobre vuelos de drones; desconozco si la tiene el titular de la investigación, es decir el Ministerio Público federal”.

Al ser interrogado sobre hechos que están comprobados, responde que desconoce “qué funcionario ordenó la ejecución de esa forma, ya que yo no era superior jerárquico ni instruía al agente del Ministerio Público a realizar o a asentar diligencia o investigación alguna”.

En el cuestionario, Zerón de Lucio no dejó escapar oportunidad alguna para usar la palabra “desconozco”. Lo hizo 31 veces.

Es increíble que ahora Tomás Zerón se pinta prácticamente como un títere, que sólo obedecía, que no sabe nada, no dirigió nada y que todo lo hizo por órdenes superiores.

A todas luces se aprecia como una total mentira, pues él era el jefe de la investigación. Él la dirigía. Es hasta infantil que ahora diga que no sabe nada de nada.

Para muchos especialistas, lo de Zerón es una conducta típica de las autoridades que no quieren reconocer su papel en un crimen y recurren a la frase “No me acuerdo, no me acuerdo, no me acuerdo”.

 

IMPUNIDAD

Lo que sale a colación con las respuestas de Zerón de Lucio es la impunidad en que está el caso Ayotzinapa.

Hasta parece que el cuestionario fue a modo, pues no se toca para nada la labor del Ejército Mexicano. ¿Qué raro no? Conste, es pregunta.

Si es que la FGR llama a Peña Nieto, también debería llamar a Miguel Ángel Osorio Chong, al general Salvador Cienfuegos, al almirante Vidal Soberón, al entonces director del Cisen Eugenio Ímaz, al procurador Jesús Murillo Karam, a Aurelio Nuño y a Eduardo Sánchez, personajes que estaban en las juntas… Eso dice Zerón de Lucio.

Llamar a Peña Nieto a declarar no significa que sea culpable. Todo esto más bien suena a “cortina de humo” para desviar los graves problemas que enfrenta México y del cual nadie del gobierno dice nada.

 

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LO QUE NO FUE NO SERÁ

AMLO, ‘con la vara que mides serás medido’

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POR MARKOFLOS***

 

El próximo 1 de agosto de 2021, millones de mexicanos, todos los que creen en la palabra del Presidente Andrés Manuel López Obrador, le habrán hecho una comparsa absurda, inútil y costosa (580 mdp) en su afán de realizar la consabida consulta, que insiste en hacer creer, servirá para “que se lleve a la cárcel a varios ex presidentes”.

Quién dice que los mexicanos no somos cultos y hasta somos capaces de reconocernos en dos grandes escuelas de la literatura (Franz Kafka) y de la pintura (Kandisnsky).

El México Kafkiano, cuya realidad se vuelve, incomprensible o absurda, como muchas situaciones de las novelas y cuentos de Franz Kafka: “Tuvimos que llegar al siglo XX para consagrar simultáneamente al totalitarismo y al nihilismo de suerte que, en la legislación kafkiana, el mundo tuviese un sentido final, definido por la Ley. En consecuencia, se declara inútil buscar otro sentido a la realidad”.

En su momento se llegó a afirmar que ese reconocido novelista: “No se ha hizo mexicano por temor a los ‘kafkianos’, procedimientos burocráticos a que se hubiera sometido y obligado”.

En el caso del pintor representante mundial del “Expresionismo abstracto”, los mexicanos nos vemos en su espejo, al redactar y “votar” una “Expresión abstracta”, que es en suma lo que se preguntará en la Consulta y que fue elaborada y reelaborada por los tres Poderes de la Unión, ver para creer.

Que lo haya planteado el Ejecutivo federal no está fuera de su narrativa y su “estrategia” política. A través de su técnica discursiva, envuelve al “pueblo” con temas sobre los que influye para que la gente lo perciba y tome posturas en favor o en contra. Así, el Presidente transmite su mensaje en forma abstracta y basada en las  emociones al preguntar y afirmar: “¿Verdad que todos los ex presidentes  fueron corruptos e inmorales y merecen ir a la cárcel?.. ¿Verdad que sería la forma en que el ‘pueblo sabio’ cobraría venganza de todas sus tropelías cometidas..?

 

CON LA CONSULTA, AMLO ELUDE SUS RESPONSABILIDADES

Irónicamente AMLO repite una y otra vez que no está de acuerdo en juzgarlos y que lo suyo no es la venganza, que prefiere “borrón y cuenta nueva”. Sin embargo, no cesa de mandar mensajes contradictorios.

En febrero de 2020, afirmó: “Que el ciudadano diga: Sí, queremos enjuiciar a Salinas. ¿Por qué? Porque entregó empresas públicas a particulares. Queremos enjuiciar a Zedillo, porque convirtió las deudas privadas en deuda pública con el Fobaproa. Queremos enjuiciar a Fox por traidor a la democracia (…) Queremos enjuiciar a Felipe Calderón, porque utilizó la fuerza y convirtió al país en un cementerio. Queremos enjuiciar a Peña por corrupción”.

De este modo, al afirmar que en realidad no quiere llevarlos a juicio y que “el pueblo” debe decidir, elude hacerse cargo de sus acciones.

En ésta, como otras ocasiones, nada ni nadie ha podido o ha querido detener al Presidente López Obrador, cuando toma costosas y caprichosas decisiones. La comparsa para llevar a cabo esta “farsa” absurda, la consumaron los Poderes Legislativo y Judicial.

En el Congreso con las actitudes sumisas y aduladoras de los líderes de las Cámaras de Diputados, en ese momento Mario Delgado, y la de Senadores, Ricardo Monreal. También el Presidente y ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) le hicieron el juego al Ejecutivo federal, al  elaborar una pregunta sin pies ni cabeza, que lejos de aclarar confunde al “pueblo” acerca de lo que se preguntará en la consulta pública del 1 de agosto.

Ante la inminente pregunta hay quienes proponen que se le ignore. “Es altamente posible que la consulta popular no tenga viabilidad”,  señaló el ex ministro José Ramón Cossío.

“Lo que conviene es llamar al país a la abstención y a desairar los intentos polarizantes del Presidente”, recomendó el consultor Luis Carlos Ugalde, al recordar que se necesita el 40% de participación para que la consulta sea jurídicamente vinculante.

“Espero que un número considerable de ciudadanos no se sumen a ese ejercicio indigno”, dijo el académico José Woldenberg, tras calificar a la consulta como un “carnaval que tiene mucho de espectáculo ultrajante, venganza y operación distractora”.

 

DELITOS YA PRESCRIBIERON: SANTIAGO NIETO

El titular de la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF), Santiago Nieto, dijo que la mayoría de los delitos que pudieran haber cometido los ex presidentes ya “prescribieron”… ¿Acaso será un “mensaje” de AMLO a sus predecesores de que “no se preocupen”..? Sin embargo, los delitos más recientes de Peña Nieto y de López Obrador no han prescrito. Entonces, aquí surge la pregunta: ¿Cuáles serían los delitos o los cargos de los que se le podría acusar, cuando sea ex presidente, después de 2024? ¿A AMLO se le llevará a juicio por consulta pública o por la integración de expedientes sustentados jurídicamente..?

“Con la vara que mides serás medido”, “El que a hierro mata a hierro muere”, “El que esté libre de pecado que tire la primera piedra” son parábolas o frases popularmente conocidas.

 

AMLO, CON MÁS DELITOS QUE EX PRESIDENTES

Si se pretende acusar a Carlos Salinas de Gortari, por haber aumentado la pobreza, en 2.5 millones, en este sexenio ese “delito” podría traducirse en 15 millones más de pobres.

Si se quiere acusar a Ernesto Zedillo por el Fobaproa -que sirvió para no destruir el sistema financiero nacional-, habrá que cuantificar los desfalcos de recursos públicos que se sumarán al final de este gobierno por negligencia y omisión, tan sólo por la cancelación de aeropuerto van 300 mmdp.

Si se quiere juzgar a Vicente Fox Quesada por el “desafuero”, mejor que se le agradezca, porque le dio a  AMLO el arranque de popularidad que necesitaba.

Si se quiere juzgar a Felipe Calderón por los 120 mil muertos de su narcoguerra, habrá que esperar el saldo final de este gobierno, que por lo pronto en dos años y medio ya suman  casi 90 mil.

Si se quiere juzgar a Enrique Peña por corrupción, sólo basta revisar los escándalos y los casos que se han hecho públicos en dos años y medio del gobierno de la transformación.

¿Será hasta después de 2024, cuando los mexicanos veamos que se lleva a juicio y a la cárcel a un ex presidente de la República..?

“Con la vara que midas serás medido” es un dicho ampliamente difundido, cuyo origen se remonta a los evangelios canónicos. Cuando se usa popularmente, el refrán sirve como una advertencia a quien lo escucha para apaciguar su discurso castigador en contra de alguien más y recordarle la importancia de comprender a los semejantes para ser tratado de la misma manera.

 

CONSULTA SIN SUSTENTO JURÍDICO

Ahora que el Presidente Andrés Manuel López Obrador quiere realizar una consulta popular para que el “pueblo” decida si se debe juzgar a casi todos los últimos ex presidentes de México, es importante considerar sus razones y también las consecuencias de llevar a cabo juicios “populares”, o mediáticos, al margen de la ley.

Es de sobra conocido que una consulta como la que plantea y alienta el Presidente de la República no tiene sustento jurídico, ya que la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos no la contempla el Artículo 35, que regula el procedimiento y los temas sobre los cuales puede realizarse.

Aún si se lograra (muy dificíl) que en la consulta voten 36 millones de mexicanos para que tenga carácter “vinculatorio”, no podría, “per se”, ser vinculatoria, ya que la propia Constitución señala que la impartición de justicia sólo puede darse a través de las instancias y los procedimientos que la ley prevé: el Ministerio Público, los jueces, los juzgados y los tribunales que corresponden.

Seguramente no habrá un solo mexicano que no quiera que caigan altos funcionarios, empresarios e incluso ex presidentes o sus familiares, pero es claro que el Presidente López Obrador no puede enjuiciar a ningún ex presidente porque en sus declaraciones no se configura un delito claro sino solamente acusaciones políticas. El mayor riesgo es la generación de una “gigantesca” expectativa de que por vez primera sea juzgado un ex presidente en México. El “pueblo” quiere eso, como una prueba de que hay un cambio en el combate a la corrupción y la impunidad.

La presión mediática será mayúscula y muy pronto -de no haber algún ex presidente, bajo un proceso jurídico serio, al menos para saber si es culpable o no- millones de mexicanos empezarán a hablar de que fue una simulación.

 

DOS PREMISAS PARA CASTIGAR LA CORRUPCIÓN

La condición para castigar la corrupción debe cumplir con dos premisas: que se fundamente legalmente y se castigue ejemplarmente, aunque -como muchos analistas prevén- la estrategia del Presidente es electoral y quiere mantener la expectativa de la gente hasta las fechas cercanas a las elecciones de 2024.

¿Tendremos los mexicanos la prueba suprema de “combate a la corrupción”, de observar un proceso serio en contra de algún ex presidente en este gobierno? ¿O tendremos que esperar hasta después de 2024 para ver que a un ex presidente se le finque un proceso penal sustentado jurídicamente y no sólo con fines políticos?

“Lo que no fue no será”… no vaya a ser que más temprano que tarde el “pueblo sabio” despierte de su letargo “kafkiano” y de sumergirse en la falsa percepción del “Expresionismo abstracto” de algunos políticos y que emerja el México real. O bien que nos resignemos en el convencimiento de que la percepción es nuestra realidad. Que la lucha anticorrupción sólo puede ser una cacería política sesgada y parcial.

 

*** ACADÉMICO Y CONSULTOR.

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LO QUE NO FUE NO SERÁ

Al carajo los lujos de Los Pinos para vivir como rey en un Palacio

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POR MARKOFLOS**

 

Durante su campaña Andrés Manuel López Obrador prometió vivir y gobernar con austeridad.

A inicio de 2021, el Presidente López Obrador reiteró: “Este año tiene que ser destinado a seguir fortaleciendo la política de Austeridad Republicana; no a la corrupción y no a los lujos en el gobierno”.

El significado de la Austeridad Republicana se ha convertido en una serie de medidas que oscilan entre la incongruencia, la demagogia y el conservadurismo.

Estamos entre un discurso demagógico tipo “Echeverría”, combinado con las medidas más conservadoras y extremas que podría haber llevado a la práctica Miguel de la Madrid Hurtado, por instrucciones del Fondo Monetario Internacional (FMI), con daños irreversibles a la administración pública.

Reducción anárquica y por decreto de sueldos a todos los servidores públicos. El recorte de más de 25 mil mandos medios especializados. Desmantelamiento de varias dependencias, suprimiendo subsecretarías “sin ton ni son”. Un claro ejemplo, con los recortes la Secretaría de Gobernación (Segob) quedó lejos de cumplir con las funciones que establece la Ley Orgánica de la Administración Pública. Lo mismo en otros sectores: en Turismo, cancelación  del Consejo Nacional de Promoción Turística; en Sagarpa se quitó el apoyo a laboratorios y centros de sanidad animal y vegetal, y se improvisó la “nueva Conasupo”, Segalmex, a cargo de quien fuera secretario particular de Luis Echeverría, Ignacio Ovalle.

En Economía se suprimieron las áreas de apoyos a Pymes y “emprendedores”. Se quitó presupuesto y funciones a organismos como el Coneval que realizaba la evaluación de los programas sociales con estándares internacionales de primer orden y ahora los programas sociales se otorgan discrecionalmente… y en muchos casos sin cumplir con las “reglas de operación”.

En sector salud, daños irreversibles a sectores vulnerables como los niños y las madres solteras con la supresión de las estancias infantiles y la escasez de medicamentos para cáncer. Los retrocesos en Educación y sector Energía son dignos de comentarse aparte.

 

AMLO NO ES EL PRIMER PRESIDENTE QUE RECHAZA LOS LUJOS

Medidas “demagógicas”, que muestran lo que es la Austeridad Republicana, como la pretendida venta del avión presidencial, cuyos gastos de mantenimiento y “pensión” seguimos pagando.

Otra, resultó “más caro el caldo que las albóndigas” fue la decisión del Presidente Andrés Manuel: Dejar de vivir en la “lujosa” residencia oficial de Los Pinos para mudarse nada menos que a Palacio Nacional.

 

Como ejemplo de Austeridad Republicana, combate al lujo, la ostentación y la opulencia, el Primer Mandatario se llevó a su familia a vivir a un Palacio Nacional que es un “Museo Nacional”, un museo que pertenece al pueblo.

En México los presidentes habían vivido desde 1934 en la residencia oficial de Los Pinos.

Pero esto tiene su historia, similar a AMLO. Resulta que el presidente Lázaro Cárdenas declinó vivir en el Castillo de Chapultepec por considerarlo ostentoso, un pensamiento igual de ya sabes quién.

Ante los lujos del Castillo, decidió vivir en un rancho que terminó por convertirse en Los Pinos.

El dictador Porfirio Díaz fue el último que utilizó como residencia el Palacio Nacional. AMLO no nos engañó, unos meses antes de las elecciones de 2018 se tomó una foto frente a Palacio y dijo: “Después de las elecciones presidenciales de julio de 2018, o me voy a Palacio Nacional o me voy a La Chingada”, que irónicamente es el nombre de su rancho ubicado en Palenque, Chiapas.

 

REMODELACIÓN EN PALACIO NACIONAL

Recientemente se ha publicado y criticado que el Ejecutivo federal haya invertido en remodelar algunas áreas del Palacio Nacional, lo que, viéndolo bien, resulta beneficioso para la histórica construcción.

Se quitaron viejos pisos, se demolieron muros y se retiraron falsos plafones. Se eliminó una vieja alfombra pegada al suelo y se desinstalaron tuberías.

Los suelos se cubrieron de parquets de madera de encino americano y tzalam. Llegaron tableros de madera de cedro rojo, 170 metros cuadrados de muros se cubrieron con tapiz de tela, se cambiaron focos, se pusieron nuevas luminarias, se mejoró el aire acondicionado.

Se cambiaron los parasoles de todas las ventanas de Palacio Nacional: 63 carpas repelentes al agua de lluvia para los balcones del hogar del presidente, donde hacía 135 años nadie vivía. La remodelación de un “Museo del Pueblo” es buena por donde se le vea si se gastaron 9 millones, 19 o 29 mdp en la remodelación, no debiera ser motivo de escándalo, parece estar plenamente justificado por la mejora a ese lugar histórico, orgullo del pueblo de México.

Lo que sí es motivo de escándalo es la mentira y la manipulación. Hablar de “austeridad” cuando se vive como un rey en un gran Palacio rodeado de lujos.

Es un engaño recomendar al “pueblo”, como lo ha hecho en sus Mañaneras, no tener aspiraciones materiales, conformarse con el vestido y el sustento básico, hablar de espiritualidad y de sencillez, cuando ahora no hay día que no estrene traje de finos casimires y atuendos de marca. Y qué bueno, los mexicanos queremos ver un presidente bien vestido y hasta elegante, pero lo que puede provocar decepción es la incongruencia, la mentira y el engaño.

 

HIJOS DE AMLO MANDAN AL CARAJO LA AUSTERIDAD REPUBLICANA

Otra gran incongruencia, que es pública y enturbia el discurso de austeridad y anticorrupción, del Presidente es la forma de vivir de sus tres hijos mayores.

Del mayor, José Ramón López, se sabe que con su esposa brasileña se da vida de príncipe. Una lujosa vida, con residencia en Houston, Texas, que no tiene recato en mostrar en sus redes sociales.

Recientemente se hicieron virales fotografías publicadas con su pareja disfrutando de unas vacaciones en Aspen, Colorado, un destino de superlujo.

Los hijos del Presidente, José Ramón, Andrés Manuel y Gonzalo Alfonso López Beltrán se convirtieron públicamente en el ejemplo de la opulencia, el oprobio y los excesos.

Andrés Manuel López Beltrán, el más político de los hermanos, quien podría ser el orgullo del “nepotismo presidencial”, ya cuenta en el gobierno de la 4T con una superestructura de funcionarios jóvenes que reportan primero en su escritorio, y después en el del Ejecutivo federal.

El más pequeño de los López Beltrán, Gonzalo Alfonso, se fue a “trabajar” en la estructura del equipo de Los Gigantes de San Francisco. A mediados de 2019, se hizo pública una fotografía en la que el hijo del Presidente compartía el palco de honor del estadio regiomontano de los Sultanes, con los empresarios Alfonso Romo, Carlos Bremer y Carlos Slim.

 

¿PRIMERO LA FAMILIA O PRIMERO LOS POBRES?

Primero la familia y “primero los pobres”. Qué autoridad moral le dejan sus hijos al Primer Mandatario para insistir con su discurso de austeridad.

“No puede haber gobierno rico con pueblo pobre”, ¿o sí? Para una austeridad genuina, se requiere predicar con el ejemplo. ¿Austeridad Republicana para quién? López Obrador ve en la austeridad una medida propobre y protrabajador: en su lógica, los pobres ya están siendo protegidos por programas sociales y el resto de la población tiene dinero suficiente para salir adelante.

La interpretación del Presidente no sólo es incorrecta, sino que también es perjudicial. El costo para los más pobres será enorme: los programas sociales de AMLO no cubren a todos.

En México hay 22 millones de beneficiarios de estos programas y 52 millones de pobres en “crescendo” cada dia.

AMLO, quien ahora se ostenta como el “mejor presidente del mundo”, debería tomar como ejemplo a otros mandatarios  que, ante la crisis, han tomado medidas en favor de las clases más vulnerables… como lo hace Joe Biden, mandatario de Estados Unidos, quien sin ambages ni desplantes demagógicos, a 100 días de su gobierno dispuso: Ayuda a las familias para pagar el cuidado infantil (que incluye el preescolar gratuito para personas de bajos ingresos), así como proporcionar licencia familiar y médica pagada; un “Plan de Empleo Estadounidense”, en el que no sólo se propone aumentar la producción industrial en Estados Unidos, sino hacerlo de una forma sostenible. Este proyecto pondrá a los ingenieros y empleados de la construcción a trabajar en obras “más eficientes” desde el punto de vista energético.

“No hay razón para que las aspas de las turbinas eólicas no se puedan construir en Pittsburgh en lugar de Pekín”, afirmó Biden.

El programa incluye un aumento del salario mínimo a US$15. Se prevé una enorme inversión en infraestructuras -“crear millones de empleos bien remunerados, trabajos con los que los estadounidenses pueden cuidar a sus familias”-.

De este plan de infraestructura se espera contribuir también a generar más impuestos, busca desde mejorar aeropuertos y carreteras hasta invertir en escuelas, calidad del agua o acceso a Internet.

Biden anunció que elevará la tasa de impuestos corporativos, para obligar a los que ganen más de US$400.000 al año y a las multinacionales a pagar significativamente más en impuestos.

Ahora resulta que el imperialismo “yanqui”, el capitalismo a ultranza, aplica medidas de “izquierda”, de verdad transformadoras, basadas en la tesis Keynesiana de mayor gasto público, con expectativas más efectivas para apoyar a su población más vulnerable.

Y también resulta que los gobiernos “populistas de izquierda” en América Latina, en particular el de la 4T en México, aplican medidas conservadoras en la doctrina económica universal, como la mal llamada Austeridad Republicana, que parecen recetas del FMI y de los otrora llamados “Chicago boys”, con recortes draconianos, reducción del gasto público  y ausencia de un plan de infraestructura nacional… pareciera que la consigna es el incremento de pobres y alejamiento de mejores condiciones de vida en el largo plazo.

 

PODRÍA PERDER CREDIBILIDAD

López Obrador puede perder credibilidad si no empieza por limpiar la casa y nos convence de que la Austeridad no es sinonimo de demagogia, sino toma de decisiones bien planeadas y estructuradas, que ayuden a detonar crecimiento económico, empleo y mejora de las condiciones de vida de millones de mexicanos.

No vaya a ser que nos quedemos esperando alguna “Transformación” y después digamos: “Lo que no fue no será”.

Ante una crisis como la actual, AMLO tiene que dejar a un lado sus ideas preconcebidas y estar abierto a la realidad.

Aunque se presuma como “El mejor presidente del mundo”, puede aprender de otros mortales como Biden, Trudeau, Merkel o Macron. ¡Que alguien le explique..!

 

** Académico y consultor

 

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