LO QUE NO FUE NO SERÁ
López-Gatell, el escudo protector de AMLO
POR MARKOFLOS
Desde que inició la pandemia el Presidente Andrés Manuel López Obrador encontró en Hugo López-Gatell al personaje que “ni mandado a hacer” y le cayó como “anillo al dedo” para el manejo de la crisis de salud que, aunque es mundial e inevitable, en el caso de México el manejo ha sido un rotundo fracaso.
Los números no mienten, las cifras lo demuestran, el pronóstico más catastrófico eran 60 mil muertos y vamos en casi 175 mil… y si atendemos las cifras que acaba de publicar el INEGI, quizá ya estemos en 250 mil, más de 4 veces la cifra “catastrófica”.
Ya rebasamos a India en cifra de muertos, país que tiene una población 10 veces mayor que la nuestra y estamos en un penoso tercer lugar en el mundo, sólo por debajo de Estados Unidos y Brasil.
Eso en número de muertos, porque en la tasa de mortalidad México es el número uno a nivel mundial.
En nuestro país, por cada diez contagiados uno se muere, y eso en números representa el 10 por ciento, un porcentaje muy elevado porque a nivel mundial la tasa de mortalidad promedio es de 3 por ciento.
ANDRÉS MANUEL NO DEBERÍA CONTAGIARSE POR SU ‘FUERZA MORAL’
El fracaso en el manejo de la pandemia ha sido evadido por el Presidente de la República a partir de algunas premisas. El Ejecutivo federal ha reiterado que los especialistas son los que saben y tienen su venia para informar. Particularmente el responsable designado. Uno de los funcionarios “más valiosos del mundo”, a quien tenemos el privilegio de tener en México, el doctor Hugo López-Gatell, el mismo que dijo en su momento que el Presidente no podía contagiarse porque contaba con una “fuerza moral” única, el mismo que pronosticó como el escenario más lejano y catastrófico 60 mil muertes, el mismo que se cansó de informar a millones de mexicanos que el “cubrebocas” no servía para prevenir contagios a la población.
Triste papel del responsable de atender la pandemia. Ha servido de “escudo” del Presidente de la República para evadir su propia responsabilidad como jefe de Estado en una situación de crisis de salud con los peores resultados.
Por ello, ahora que se dio a conocer que el Presidente resultó positivo en contagio de Covid-19 han surgido muchas especulaciones al respecto, a partir de la duda de que efectivamente estuvo contagiado, pero existe la versión de que sí enfermó, pero no de coronavirus.
El periodista de Reforma, Manuel Jáuregui, planteó varios escenarios que podría haber buscado AMLO, al puro estilo de Trump: Distraer la atención sobre el tremendo fracaso del manejo de la pandemia y, últimamente, la campaña de vacunación. Genera una ola de lástima por parte del pueblo para darle un empujoncito a su popularidad, con miras a las elecciones que se llevarán en menos de 4 meses.
Desmiente a quienes afirman y publicado que se había vacunado desde hace al menos 3 meses. Contagiarse en gira oficial y luego curarse lo podría poner en el papel de un héroe que regresa de una batalla victorioso y lleno de gloria en aras de la “Patria”… y logra cambiar la narrativa de lo que son las pifias de su gobierno centrando la atención de la opinión pública nacional sobre su persona, y no sobre su gestión, que hasta el momento ha sido un desastre… y no lo digo yo, lo dicen los números oficiales del propio Gobierno de México.
‘SI SIEMPRE MIENTE, ¿POR QUÉ CREER LO DE SU CONTAGIO?’
El medio digital Sin Embargo refuerza estos escenarios al señalar: “Si AMLO se la ha pasado mintiendo en pandemia, economía, seguridad, salud, etc., ¿por qué creerle ahora que tuvo coronavirus?”.
Y va más a fondo: Afirma que López Obrador habría sido vacunado contra el Covid-19 desde el 30 de octubre pasado, junto con el canciller Marcelo Ebrard.
Se les aplicó la vacuna china CanSino, después de que el régimen de Xi-Jin Ping envió a México 15 mil dosis de prueba, reveló el columnista Darío Celis en El Financiero el 19 de diciembre pasado, sin que alguien desde Palacio Nacional, Gobernación o Salud desmintiera esta información.
La duda: si AMLO recibió la vacuna, ¿se contagió a pesar de ello? Si fue así, ¿por qué con él no funciona?
Grave sería que a pesar de la vacuna, AMLO cediera ante el coronavirus. Se debe presentar, de manera pública, la prueba aplicada a AMLO con fecha, lugar y resultados completos, a pesar de que tanto López-Gatell como Gobernación rechazan esta posibilidad y advierten que mantendrán privados los datos clínicos de AMLO.
Ahora que regresó a las Mañaneras debió probar públicamente su contagio. Como Presidente estaba obligado moralmente a hacerlo.
Si el Presidente López Obrador se aplicó la vacuna y no le funcionó, doblemente grave resultaría no haberse vacunado, y en este sentido el responsable sería su médico, asesor y vocero Hugo López-Gatell por razones de Estado.
En Estados Unidos uno de los primeros en vacunarse públicamente fue el presidente Joe Biden.
En México muchos funcionarios del actual gobierno se han vacunado, hasta los “Servidores de la Nación”. AMLO debió recibir la vacuna antes que todos. No usar cubrebocas y seguir asistiendo a actos públicos en todo el país era una muestra de que se sentía “inmune” (vacunado) o muy valiente… ¿O era lo que le aconsejaba López-Gatell?
DUDAS, SUSPICACIAS Y LA CREENCIA GENERAL
Mientras la “prueba” -avalada por médico u hospital reconocido- que se le aplicó a López Obrador siga sin hacerse pública, las dudas y suspicacias continuarán… aunque el sentir general es que el Primer Mandatario está vacunado y eso le ayuda para que si le da, los síntomas sean leves y ya no sea tan mortal el coronavirus… porque es muy importante recalcar que la vacuna te ayuda a librarla si es que te contagias, porque, ojo, la vacuna no exime los contagios.
Así que AMLO está vacunado, por eso no usaba ni usará cubrebocas, y está bien porque con la salud del Presidente no se juega por la importancia de su investidura.
Nos dio mucho gusto que el Primer Mandatario esté nuevamente en su actividad normal, con mucho ánimo, pues hay muy trabajo por hacer… y más cuando está a la vuelta de la esquina un proceso electoral.
Lo malo es que López Obrador mostrara poca sensibilidad ante los mexicanos al seguir con su necedad de no usar cubrebocas.
El mensaje es malo, pone en entredicho y queda mal públicamente López-Gatell, quien enfatiza a todos que usemos el cubrebocas… y Andrés Manuel, por ser el presidente de todos los mexicanos, debe ponerse el cubrebocas, debe mostrar liderazgo y es el primero que debe poner el ejemplo. Como dice el dicho, “El buen juez por su casa empieza”.
Por esa actitud del Primer Mandatario, luego mucha gente no cree en el coronavirus y piensa que el Covid-19 no existe o es un invento para atemorizarnos.
UN MANEJO RESPONSABLE HUBIERA EVITADO MUCHAS MUERTES
Millones de mexicanos y las familias de decenas de miles de muertos por el Covid-19 habrían deseado evitar las tragedias en sus hogares, y seguramente con el tiempo comprenderán que un manejo más responsable hubiera evitado muchas muertes.
En materia de la pandemia, seguro dirán “lo que no fue no será”. Muy caro pagará Hugo López-Gatell ser el escudo y “patiño” del Presidente de la República en esta crisis de salud.
En el momento que lo decida y le convenga al Presidente, será el culpable y “chivo expiatorio” de todas las calamidades de la pandemia, incluido su contagio, y el fracaso de la campaña de vacunación tendrá al personaje que cae como “anillo al dedo” para descargarle todas las responsabiliddes y las culpas. Al tiempo.
LO QUE NO FUE NO SERÁ
¡Tomás Zerón miente con todos sus dientes!
Con su declaración, el extitular de la AIC de la FGR se hace pasar como víctima, que no sabe nada y que sólo obedecía órdenes * En el cuestionario que respondió, y que se difunde a menos de un mes del décimo aniversario del caso Ayotzinapa, para nada se menciona al Ejército Mexicano… ¿Qué raro no?
ILDEFONSO PEREYRA
A menos de un mes del décimo aniversario del caso Ayotzinapa, y quizá como regalo para el Presidente Andrés Manuel López Obrador que ya se va, tan de moda en estos últimos días, resulta ahora que Tomás Zerón de Lucio involucra a Enrique Peña Nieto.
Zerón de Lucio se muestra como una blanca palomita, que no sabe nada y que solo obedecía órdenes superiores.
Tomás Zerón ha cambiado mucho su discurso, según como le convenga a sus intereses, por lo que a todas luces ahora bien puede ser una más de sus mentiras, perdón, su cambio de discurso.
Ahora resulta que Enrique Peña Nieto creó la “verdad histórica”, la que informó a medios de comunicación el exprocurador general de la República Jesús Murillo Karam.
Eso dice Zerón de Lucio en un cuestionario que contestó. Revela que la “verdad histórica” fue construida en reuniones presididas por Enrique Peña Nieto, en las que participaron los secretarios Miguel Ángel Osorio Chong, general Salvador Cienfuegos, almirante Vidal Soberón, el director del Cisen Eugenio Ímaz, el procurador Jesús Murillo Karam, así como Aurelio Nuño y Eduardo Sánchez, vocero y el jefe de la Oficina de la Presidencia, respectivamente.
Entiendo muy bien que fueran reuniones encabezadas por Peña Nieto, pero de eso a afirmar que Enrique construyera la verdad histórica hay un mundo de diferencia. Es el clásico cabeceo para armar escándalo mediático.
Lo dicho por el Presidente Andrés Manuel López Obrador, de que la FGR podría llamar a declarar a Peña Nieto es otro golpe mediático, decir “podría llamar” no se está afirmando nada, solo se menciona un posible hecho.
AL ESTILO MORENA, EVADE ZERÓN RESPONSABILIDAD
Tomás Zerón elude una y otra vez su participación en los hechos y en la toma de decisiones clave, desde la tortura de detenidos, las intercepción de comunicaciones, las líneas de investigación, peritajes, etcétera.
Zerón de Lucio recurre repetidamente en sus respuestas a frases como “dicha información sólo la conocía el Ministerio Público de la Federación por ser el titular de la investigación”, o “desconozco dónde se encuentran los seguimientos telefónicos debido a que no eran mis atribuciones”, o “a mí no me entregaron información alguna sobre vuelos de drones; desconozco si la tiene el titular de la investigación, es decir el Ministerio Público federal”.
Al ser interrogado sobre hechos que están comprobados, responde que desconoce “qué funcionario ordenó la ejecución de esa forma, ya que yo no era superior jerárquico ni instruía al agente del Ministerio Público a realizar o a asentar diligencia o investigación alguna”.
En el cuestionario, Zerón de Lucio no dejó escapar oportunidad alguna para usar la palabra “desconozco”. Lo hizo 31 veces.
Es increíble que ahora Tomás Zerón se pinta prácticamente como un títere, que sólo obedecía, que no sabe nada, no dirigió nada y que todo lo hizo por órdenes superiores.
A todas luces se aprecia como una total mentira, pues él era el jefe de la investigación. Él la dirigía. Es hasta infantil que ahora diga que no sabe nada de nada.
Para muchos especialistas, lo de Zerón es una conducta típica de las autoridades que no quieren reconocer su papel en un crimen y recurren a la frase “No me acuerdo, no me acuerdo, no me acuerdo”.
IMPUNIDAD
Lo que sale a colación con las respuestas de Zerón de Lucio es la impunidad en que está el caso Ayotzinapa.
Hasta parece que el cuestionario fue a modo, pues no se toca para nada la labor del Ejército Mexicano. ¿Qué raro no? Conste, es pregunta.
Si es que la FGR llama a Peña Nieto, también debería llamar a Miguel Ángel Osorio Chong, al general Salvador Cienfuegos, al almirante Vidal Soberón, al entonces director del Cisen Eugenio Ímaz, al procurador Jesús Murillo Karam, a Aurelio Nuño y a Eduardo Sánchez, personajes que estaban en las juntas… Eso dice Zerón de Lucio.
Llamar a Peña Nieto a declarar no significa que sea culpable. Todo esto más bien suena a “cortina de humo” para desviar los graves problemas que enfrenta México y del cual nadie del gobierno dice nada.
LO QUE NO FUE NO SERÁ
AMLO, ‘con la vara que mides serás medido’
POR MARKOFLOS***
El próximo 1 de agosto de 2021, millones de mexicanos, todos los que creen en la palabra del Presidente Andrés Manuel López Obrador, le habrán hecho una comparsa absurda, inútil y costosa (580 mdp) en su afán de realizar la consabida consulta, que insiste en hacer creer, servirá para “que se lleve a la cárcel a varios ex presidentes”.
Quién dice que los mexicanos no somos cultos y hasta somos capaces de reconocernos en dos grandes escuelas de la literatura (Franz Kafka) y de la pintura (Kandisnsky).
El México Kafkiano, cuya realidad se vuelve, incomprensible o absurda, como muchas situaciones de las novelas y cuentos de Franz Kafka: “Tuvimos que llegar al siglo XX para consagrar simultáneamente al totalitarismo y al nihilismo de suerte que, en la legislación kafkiana, el mundo tuviese un sentido final, definido por la Ley. En consecuencia, se declara inútil buscar otro sentido a la realidad”.
En su momento se llegó a afirmar que ese reconocido novelista: “No se ha hizo mexicano por temor a los ‘kafkianos’, procedimientos burocráticos a que se hubiera sometido y obligado”.
En el caso del pintor representante mundial del “Expresionismo abstracto”, los mexicanos nos vemos en su espejo, al redactar y “votar” una “Expresión abstracta”, que es en suma lo que se preguntará en la Consulta y que fue elaborada y reelaborada por los tres Poderes de la Unión, ver para creer.
Que lo haya planteado el Ejecutivo federal no está fuera de su narrativa y su “estrategia” política. A través de su técnica discursiva, envuelve al “pueblo” con temas sobre los que influye para que la gente lo perciba y tome posturas en favor o en contra. Así, el Presidente transmite su mensaje en forma abstracta y basada en las emociones al preguntar y afirmar: “¿Verdad que todos los ex presidentes fueron corruptos e inmorales y merecen ir a la cárcel?.. ¿Verdad que sería la forma en que el ‘pueblo sabio’ cobraría venganza de todas sus tropelías cometidas..?
CON LA CONSULTA, AMLO ELUDE SUS RESPONSABILIDADES
Irónicamente AMLO repite una y otra vez que no está de acuerdo en juzgarlos y que lo suyo no es la venganza, que prefiere “borrón y cuenta nueva”. Sin embargo, no cesa de mandar mensajes contradictorios.
En febrero de 2020, afirmó: “Que el ciudadano diga: Sí, queremos enjuiciar a Salinas. ¿Por qué? Porque entregó empresas públicas a particulares. Queremos enjuiciar a Zedillo, porque convirtió las deudas privadas en deuda pública con el Fobaproa. Queremos enjuiciar a Fox por traidor a la democracia (…) Queremos enjuiciar a Felipe Calderón, porque utilizó la fuerza y convirtió al país en un cementerio. Queremos enjuiciar a Peña por corrupción”.
De este modo, al afirmar que en realidad no quiere llevarlos a juicio y que “el pueblo” debe decidir, elude hacerse cargo de sus acciones.
En ésta, como otras ocasiones, nada ni nadie ha podido o ha querido detener al Presidente López Obrador, cuando toma costosas y caprichosas decisiones. La comparsa para llevar a cabo esta “farsa” absurda, la consumaron los Poderes Legislativo y Judicial.
En el Congreso con las actitudes sumisas y aduladoras de los líderes de las Cámaras de Diputados, en ese momento Mario Delgado, y la de Senadores, Ricardo Monreal. También el Presidente y ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) le hicieron el juego al Ejecutivo federal, al elaborar una pregunta sin pies ni cabeza, que lejos de aclarar confunde al “pueblo” acerca de lo que se preguntará en la consulta pública del 1 de agosto.
Ante la inminente pregunta hay quienes proponen que se le ignore. “Es altamente posible que la consulta popular no tenga viabilidad”, señaló el ex ministro José Ramón Cossío.
“Lo que conviene es llamar al país a la abstención y a desairar los intentos polarizantes del Presidente”, recomendó el consultor Luis Carlos Ugalde, al recordar que se necesita el 40% de participación para que la consulta sea jurídicamente vinculante.
“Espero que un número considerable de ciudadanos no se sumen a ese ejercicio indigno”, dijo el académico José Woldenberg, tras calificar a la consulta como un “carnaval que tiene mucho de espectáculo ultrajante, venganza y operación distractora”.
DELITOS YA PRESCRIBIERON: SANTIAGO NIETO
El titular de la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF), Santiago Nieto, dijo que la mayoría de los delitos que pudieran haber cometido los ex presidentes ya “prescribieron”… ¿Acaso será un “mensaje” de AMLO a sus predecesores de que “no se preocupen”..? Sin embargo, los delitos más recientes de Peña Nieto y de López Obrador no han prescrito. Entonces, aquí surge la pregunta: ¿Cuáles serían los delitos o los cargos de los que se le podría acusar, cuando sea ex presidente, después de 2024? ¿A AMLO se le llevará a juicio por consulta pública o por la integración de expedientes sustentados jurídicamente..?
“Con la vara que mides serás medido”, “El que a hierro mata a hierro muere”, “El que esté libre de pecado que tire la primera piedra” son parábolas o frases popularmente conocidas.
AMLO, CON MÁS DELITOS QUE EX PRESIDENTES
Si se pretende acusar a Carlos Salinas de Gortari, por haber aumentado la pobreza, en 2.5 millones, en este sexenio ese “delito” podría traducirse en 15 millones más de pobres.
Si se quiere acusar a Ernesto Zedillo por el Fobaproa -que sirvió para no destruir el sistema financiero nacional-, habrá que cuantificar los desfalcos de recursos públicos que se sumarán al final de este gobierno por negligencia y omisión, tan sólo por la cancelación de aeropuerto van 300 mmdp.
Si se quiere juzgar a Vicente Fox Quesada por el “desafuero”, mejor que se le agradezca, porque le dio a AMLO el arranque de popularidad que necesitaba.
Si se quiere juzgar a Felipe Calderón por los 120 mil muertos de su narcoguerra, habrá que esperar el saldo final de este gobierno, que por lo pronto en dos años y medio ya suman casi 90 mil.
Si se quiere juzgar a Enrique Peña por corrupción, sólo basta revisar los escándalos y los casos que se han hecho públicos en dos años y medio del gobierno de la transformación.
¿Será hasta después de 2024, cuando los mexicanos veamos que se lleva a juicio y a la cárcel a un ex presidente de la República..?
“Con la vara que midas serás medido” es un dicho ampliamente difundido, cuyo origen se remonta a los evangelios canónicos. Cuando se usa popularmente, el refrán sirve como una advertencia a quien lo escucha para apaciguar su discurso castigador en contra de alguien más y recordarle la importancia de comprender a los semejantes para ser tratado de la misma manera.
CONSULTA SIN SUSTENTO JURÍDICO
Ahora que el Presidente Andrés Manuel López Obrador quiere realizar una consulta popular para que el “pueblo” decida si se debe juzgar a casi todos los últimos ex presidentes de México, es importante considerar sus razones y también las consecuencias de llevar a cabo juicios “populares”, o mediáticos, al margen de la ley.
Es de sobra conocido que una consulta como la que plantea y alienta el Presidente de la República no tiene sustento jurídico, ya que la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos no la contempla el Artículo 35, que regula el procedimiento y los temas sobre los cuales puede realizarse.
Aún si se lograra (muy dificíl) que en la consulta voten 36 millones de mexicanos para que tenga carácter “vinculatorio”, no podría, “per se”, ser vinculatoria, ya que la propia Constitución señala que la impartición de justicia sólo puede darse a través de las instancias y los procedimientos que la ley prevé: el Ministerio Público, los jueces, los juzgados y los tribunales que corresponden.
Seguramente no habrá un solo mexicano que no quiera que caigan altos funcionarios, empresarios e incluso ex presidentes o sus familiares, pero es claro que el Presidente López Obrador no puede enjuiciar a ningún ex presidente porque en sus declaraciones no se configura un delito claro sino solamente acusaciones políticas. El mayor riesgo es la generación de una “gigantesca” expectativa de que por vez primera sea juzgado un ex presidente en México. El “pueblo” quiere eso, como una prueba de que hay un cambio en el combate a la corrupción y la impunidad.
La presión mediática será mayúscula y muy pronto -de no haber algún ex presidente, bajo un proceso jurídico serio, al menos para saber si es culpable o no- millones de mexicanos empezarán a hablar de que fue una simulación.
DOS PREMISAS PARA CASTIGAR LA CORRUPCIÓN
La condición para castigar la corrupción debe cumplir con dos premisas: que se fundamente legalmente y se castigue ejemplarmente, aunque -como muchos analistas prevén- la estrategia del Presidente es electoral y quiere mantener la expectativa de la gente hasta las fechas cercanas a las elecciones de 2024.
¿Tendremos los mexicanos la prueba suprema de “combate a la corrupción”, de observar un proceso serio en contra de algún ex presidente en este gobierno? ¿O tendremos que esperar hasta después de 2024 para ver que a un ex presidente se le finque un proceso penal sustentado jurídicamente y no sólo con fines políticos?
“Lo que no fue no será”… no vaya a ser que más temprano que tarde el “pueblo sabio” despierte de su letargo “kafkiano” y de sumergirse en la falsa percepción del “Expresionismo abstracto” de algunos políticos y que emerja el México real. O bien que nos resignemos en el convencimiento de que la percepción es nuestra realidad. Que la lucha anticorrupción sólo puede ser una cacería política sesgada y parcial.
*** ACADÉMICO Y CONSULTOR.
LO QUE NO FUE NO SERÁ
Al carajo los lujos de Los Pinos para vivir como rey en un Palacio
POR MARKOFLOS**
Durante su campaña Andrés Manuel López Obrador prometió vivir y gobernar con austeridad.
A inicio de 2021, el Presidente López Obrador reiteró: “Este año tiene que ser destinado a seguir fortaleciendo la política de Austeridad Republicana; no a la corrupción y no a los lujos en el gobierno”.
El significado de la Austeridad Republicana se ha convertido en una serie de medidas que oscilan entre la incongruencia, la demagogia y el conservadurismo.
Estamos entre un discurso demagógico tipo “Echeverría”, combinado con las medidas más conservadoras y extremas que podría haber llevado a la práctica Miguel de la Madrid Hurtado, por instrucciones del Fondo Monetario Internacional (FMI), con daños irreversibles a la administración pública.
Reducción anárquica y por decreto de sueldos a todos los servidores públicos. El recorte de más de 25 mil mandos medios especializados. Desmantelamiento de varias dependencias, suprimiendo subsecretarías “sin ton ni son”. Un claro ejemplo, con los recortes la Secretaría de Gobernación (Segob) quedó lejos de cumplir con las funciones que establece la Ley Orgánica de la Administración Pública. Lo mismo en otros sectores: en Turismo, cancelación del Consejo Nacional de Promoción Turística; en Sagarpa se quitó el apoyo a laboratorios y centros de sanidad animal y vegetal, y se improvisó la “nueva Conasupo”, Segalmex, a cargo de quien fuera secretario particular de Luis Echeverría, Ignacio Ovalle.
En Economía se suprimieron las áreas de apoyos a Pymes y “emprendedores”. Se quitó presupuesto y funciones a organismos como el Coneval que realizaba la evaluación de los programas sociales con estándares internacionales de primer orden y ahora los programas sociales se otorgan discrecionalmente… y en muchos casos sin cumplir con las “reglas de operación”.
En sector salud, daños irreversibles a sectores vulnerables como los niños y las madres solteras con la supresión de las estancias infantiles y la escasez de medicamentos para cáncer. Los retrocesos en Educación y sector Energía son dignos de comentarse aparte.
AMLO NO ES EL PRIMER PRESIDENTE QUE RECHAZA LOS LUJOS
Medidas “demagógicas”, que muestran lo que es la Austeridad Republicana, como la pretendida venta del avión presidencial, cuyos gastos de mantenimiento y “pensión” seguimos pagando.
Otra, resultó “más caro el caldo que las albóndigas” fue la decisión del Presidente Andrés Manuel: Dejar de vivir en la “lujosa” residencia oficial de Los Pinos para mudarse nada menos que a Palacio Nacional.
Como ejemplo de Austeridad Republicana, combate al lujo, la ostentación y la opulencia, el Primer Mandatario se llevó a su familia a vivir a un Palacio Nacional que es un “Museo Nacional”, un museo que pertenece al pueblo.
En México los presidentes habían vivido desde 1934 en la residencia oficial de Los Pinos.
Pero esto tiene su historia, similar a AMLO. Resulta que el presidente Lázaro Cárdenas declinó vivir en el Castillo de Chapultepec por considerarlo ostentoso, un pensamiento igual de ya sabes quién.
Ante los lujos del Castillo, decidió vivir en un rancho que terminó por convertirse en Los Pinos.
El dictador Porfirio Díaz fue el último que utilizó como residencia el Palacio Nacional. AMLO no nos engañó, unos meses antes de las elecciones de 2018 se tomó una foto frente a Palacio y dijo: “Después de las elecciones presidenciales de julio de 2018, o me voy a Palacio Nacional o me voy a La Chingada”, que irónicamente es el nombre de su rancho ubicado en Palenque, Chiapas.
REMODELACIÓN EN PALACIO NACIONAL
Recientemente se ha publicado y criticado que el Ejecutivo federal haya invertido en remodelar algunas áreas del Palacio Nacional, lo que, viéndolo bien, resulta beneficioso para la histórica construcción.
Se quitaron viejos pisos, se demolieron muros y se retiraron falsos plafones. Se eliminó una vieja alfombra pegada al suelo y se desinstalaron tuberías.
Los suelos se cubrieron de parquets de madera de encino americano y tzalam. Llegaron tableros de madera de cedro rojo, 170 metros cuadrados de muros se cubrieron con tapiz de tela, se cambiaron focos, se pusieron nuevas luminarias, se mejoró el aire acondicionado.
Se cambiaron los parasoles de todas las ventanas de Palacio Nacional: 63 carpas repelentes al agua de lluvia para los balcones del hogar del presidente, donde hacía 135 años nadie vivía. La remodelación de un “Museo del Pueblo” es buena por donde se le vea si se gastaron 9 millones, 19 o 29 mdp en la remodelación, no debiera ser motivo de escándalo, parece estar plenamente justificado por la mejora a ese lugar histórico, orgullo del pueblo de México.
Lo que sí es motivo de escándalo es la mentira y la manipulación. Hablar de “austeridad” cuando se vive como un rey en un gran Palacio rodeado de lujos.
Es un engaño recomendar al “pueblo”, como lo ha hecho en sus Mañaneras, no tener aspiraciones materiales, conformarse con el vestido y el sustento básico, hablar de espiritualidad y de sencillez, cuando ahora no hay día que no estrene traje de finos casimires y atuendos de marca. Y qué bueno, los mexicanos queremos ver un presidente bien vestido y hasta elegante, pero lo que puede provocar decepción es la incongruencia, la mentira y el engaño.
HIJOS DE AMLO MANDAN AL CARAJO LA AUSTERIDAD REPUBLICANA
Otra gran incongruencia, que es pública y enturbia el discurso de austeridad y anticorrupción, del Presidente es la forma de vivir de sus tres hijos mayores.
Del mayor, José Ramón López, se sabe que con su esposa brasileña se da vida de príncipe. Una lujosa vida, con residencia en Houston, Texas, que no tiene recato en mostrar en sus redes sociales.
Recientemente se hicieron virales fotografías publicadas con su pareja disfrutando de unas vacaciones en Aspen, Colorado, un destino de superlujo.
Los hijos del Presidente, José Ramón, Andrés Manuel y Gonzalo Alfonso López Beltrán se convirtieron públicamente en el ejemplo de la opulencia, el oprobio y los excesos.
Andrés Manuel López Beltrán, el más político de los hermanos, quien podría ser el orgullo del “nepotismo presidencial”, ya cuenta en el gobierno de la 4T con una superestructura de funcionarios jóvenes que reportan primero en su escritorio, y después en el del Ejecutivo federal.
El más pequeño de los López Beltrán, Gonzalo Alfonso, se fue a “trabajar” en la estructura del equipo de Los Gigantes de San Francisco. A mediados de 2019, se hizo pública una fotografía en la que el hijo del Presidente compartía el palco de honor del estadio regiomontano de los Sultanes, con los empresarios Alfonso Romo, Carlos Bremer y Carlos Slim.
¿PRIMERO LA FAMILIA O PRIMERO LOS POBRES?
Primero la familia y “primero los pobres”. Qué autoridad moral le dejan sus hijos al Primer Mandatario para insistir con su discurso de austeridad.
“No puede haber gobierno rico con pueblo pobre”, ¿o sí? Para una austeridad genuina, se requiere predicar con el ejemplo. ¿Austeridad Republicana para quién? López Obrador ve en la austeridad una medida propobre y protrabajador: en su lógica, los pobres ya están siendo protegidos por programas sociales y el resto de la población tiene dinero suficiente para salir adelante.
La interpretación del Presidente no sólo es incorrecta, sino que también es perjudicial. El costo para los más pobres será enorme: los programas sociales de AMLO no cubren a todos.
En México hay 22 millones de beneficiarios de estos programas y 52 millones de pobres en “crescendo” cada dia.
AMLO, quien ahora se ostenta como el “mejor presidente del mundo”, debería tomar como ejemplo a otros mandatarios que, ante la crisis, han tomado medidas en favor de las clases más vulnerables… como lo hace Joe Biden, mandatario de Estados Unidos, quien sin ambages ni desplantes demagógicos, a 100 días de su gobierno dispuso: Ayuda a las familias para pagar el cuidado infantil (que incluye el preescolar gratuito para personas de bajos ingresos), así como proporcionar licencia familiar y médica pagada; un “Plan de Empleo Estadounidense”, en el que no sólo se propone aumentar la producción industrial en Estados Unidos, sino hacerlo de una forma sostenible. Este proyecto pondrá a los ingenieros y empleados de la construcción a trabajar en obras “más eficientes” desde el punto de vista energético.
“No hay razón para que las aspas de las turbinas eólicas no se puedan construir en Pittsburgh en lugar de Pekín”, afirmó Biden.
El programa incluye un aumento del salario mínimo a US$15. Se prevé una enorme inversión en infraestructuras -“crear millones de empleos bien remunerados, trabajos con los que los estadounidenses pueden cuidar a sus familias”-.
De este plan de infraestructura se espera contribuir también a generar más impuestos, busca desde mejorar aeropuertos y carreteras hasta invertir en escuelas, calidad del agua o acceso a Internet.
Biden anunció que elevará la tasa de impuestos corporativos, para obligar a los que ganen más de US$400.000 al año y a las multinacionales a pagar significativamente más en impuestos.
Ahora resulta que el imperialismo “yanqui”, el capitalismo a ultranza, aplica medidas de “izquierda”, de verdad transformadoras, basadas en la tesis Keynesiana de mayor gasto público, con expectativas más efectivas para apoyar a su población más vulnerable.
Y también resulta que los gobiernos “populistas de izquierda” en América Latina, en particular el de la 4T en México, aplican medidas conservadoras en la doctrina económica universal, como la mal llamada Austeridad Republicana, que parecen recetas del FMI y de los otrora llamados “Chicago boys”, con recortes draconianos, reducción del gasto público y ausencia de un plan de infraestructura nacional… pareciera que la consigna es el incremento de pobres y alejamiento de mejores condiciones de vida en el largo plazo.
PODRÍA PERDER CREDIBILIDAD
López Obrador puede perder credibilidad si no empieza por limpiar la casa y nos convence de que la Austeridad no es sinonimo de demagogia, sino toma de decisiones bien planeadas y estructuradas, que ayuden a detonar crecimiento económico, empleo y mejora de las condiciones de vida de millones de mexicanos.
No vaya a ser que nos quedemos esperando alguna “Transformación” y después digamos: “Lo que no fue no será”.
Ante una crisis como la actual, AMLO tiene que dejar a un lado sus ideas preconcebidas y estar abierto a la realidad.
Aunque se presuma como “El mejor presidente del mundo”, puede aprender de otros mortales como Biden, Trudeau, Merkel o Macron. ¡Que alguien le explique..!
** Académico y consultor