POR EL TOPO
El lector estará de acuerdo en que hay oficios, por más humildes que estos sean, que dignifican al hombre si ellos o ellas lo realizan con profesionalismo.
Entre esos oficios se cuentan el aseador(a) de calzado, el de limpieza, entre otros. Al final del día estos humildes trabajadores podrán disfrutar sus alimentos con la conciencia limpia.
Sin embargo, sin temor a equivocarme, hay individuos que sin tener un oficio tienen la suerte de contar con un amigo que a su vez tuvo la fortuna de colarse al presupuesto y entonces… llevan como lema… “a atascarse ahora que hay lodo”.
Y créame lector, dichos individuos ni por asomo se atragantan cuando ingieren sus sagrados alimentos, Incluso los hay que se vanaglorian de sus transas y acumulan sus riquezas a costillas de sus victimarios o del erario. Entre ellos se encuentran los políticos.
Hay otros individuos que de plano arriesgan el pellejo o su libertad para hacerse de dinero, ya sea para costear sus vicios o llevar el sustento a su familia y surge la pregunta: ¿Qué pensarán estos individuos cuando están por llevarse el alimento a su boca? ¿Interesante, verdad?
ENTRE ABOGADOS TE VEAS
El sentir popular no permite contestar con optimismo esta pregunta, ya que ninguna persona le dice a otra “entre abogados te veas”, como una expresión de afecto y buenos deseos.
Al contrario, suele ser una expresión de pesadumbre y malestar. Otro botón de muestra de cómo ve el grueso de la población al gremio de los abogados es la enorme cantidad de chistes que hay alrededor de esta profesión. Muchos de ellos dirigidos a hacer mofa del profesionalismo y ética del gremio (o mejor dicho, la falta de ellas).
Si bien el sentir popular es un buen punto de partida, no puede ser lo único que se utilice para evaluar respecto la clase y calidad del gremio de abogados.
También hay que fijar la mirada en las instituciones que los forjan y las que los agrupan. Universidades y colegios de abogados nos pueden dar una buena idea de cómo serán los abogados que egresan de sus aulas o que formarán parte de su membresía.
La duda obligada es si en las universidades les enseñan ética profesional desde los primeros semestres y si es una materia obligatoria en su programa académico.
Otras preguntas que surgen son: ¿Muestran cero tolerancia a prácticas deshonestas como, por ejemplo, copiar en un examen o plagiar un trabajo? ¿Su permanencia en la universidad únicamente está vinculada a su desempeño académico y a su capacidad de pago o su comportamiento dentro y fuera del plantel también es tomado en cuenta? ¿Realizar una tesis de investigación al final de la carrera es un requisito administrativo o es parte de su formación? Todas estas interrogantes se quedan en el aire.
También es menester destacar que las habilidades de un abogado se basan en someter sus argucias en la Corte para beneficiar a su cliente.
LO IMPORTANTE ES GANAR DINERO
Qué importa si al aplicar dichas argucias hayan perjudicado al “enemigo” de su cliente, aunque a este último le asista la razón. Lo importante es ganar dinero y, por supuesto, fama de ser “marrullero y habilidoso” en los tribunales para ganar los casos.
En este rubro se encuentra la licenciada Patricia Torres, quien labora para el bufete legal Cash-Dudley Speiller & Torres en la ciudad de Modesto, California.
Hay que destacar que dicha abogada es muy “habilidosa” para ejercer su profesión y en contubernio con la mediadora de apellido Alcantar emitan sus evaluaciones al juez para beneficiar al cliente de dicha abogada.
Sin duda que con la denuncia del afectado ante las altas autoridades saldrán a la luz la podredumbre que existe desde años atrás en los tribunales de Modesto, California.
