POR JOSÉ VIEYRA
Dave Roberts y los Dodgers de Los Ángeles tienen nuevamente la ventaja que desean en la Serie Mundial.
El manager de los angelinos respira tranquilo luego de que sus dirigidos consiguieron la victoria 6-2 sobre los Rays de Tampa Bay, no sólo porque su novena se puso al frente 2-1 en el Clásico de Otoño, sino porque Walker Buehler le respondió cuando más lo necesitaba.
Aunque Buehler parecía la opción obvia, Roberts mandó a Clayton Kershaw al partido inaugural para enfrentar a Tyler Glasnow y se llevó la victoria 8-3 gracias a un excelente partido del zurdo de 32 años.
Con la ventaja pudo experimentar en el segundo de la serie con Tony Gonsolin y otros seis pitchers que desfilaron en la derrota 6-4 ante Blake Snell y los relevistas de Tampa Bay.
Por ello, para Roberts era esencial vencer en el tercer juego de la eliminatoria, un duelo que puso frente a frente a Buehler con Charlie Morton, un viejo conocido de los Dodgers, pues fue el pitcher ganador del Juego 7 en el Clásico de Otoño de 2017, cuando se coronó con Houston.
Walker no decepcionó: lanzó 6 entradas completas permitiendo apenas 3 hits y una carrera, con lo que puso la mesa para que Blake Treinen, Brusdar Graterol y Kenley Jansen hicieran el resto.
La ofensiva hizo lo propio al atacar temprano a Morton. Justin Turner se fue para la calle en el primer inning para conseguir su jonrón 11 en playoffs, un récord de los Dodgers, y la ventaja que los angelinos nunca soltaron.
Los Dodgers anotaron 5 carreras sin respuesta y el partido se inclinó irremediablemente a su favor.
Ahora Roberts tiene ventaja en el tablero, pues abrirá el mexicano Julio Urías ante Ryan Yarbrough, quien será “opener”, y tiene disponible a Clayton Kershaw para lo que podría ser un juego definitivo.