POR MARCO ANTONIO FLORES***
Inédita reacción del titular de la Auditoria Superior de la Federación (ASF), luego de que el Presidente Andrés Manuel López Obrador rechazara el informe realizado por la ASF sobre irregularidades en la Cuenta Pública 2019.
Sea por ineptitud del auditor superior y su equipo de trabajo, o por haberse amedrentado ante el “manotazo” que dio el Presidente de la República, David Colmenares Páramo se metió a la zona del “jaque mate”.
Está literalmente “muerto” en cualquiera de los tres escenarios que le quedan: a).- Renunciar por dignidad y tener una salida igualmente digna; b).- Ser removido por la Cámara de Diputados; o c).- Permanecer en el cargo sometido a los designios presidenciales y de la 4T… y llevar a la ASF al peor desprestigio y destrucción de confianza de esa valiosa institución revisora del Legislativo.
AMLO NO DEJARÁ PASAR CUALQUIER ACTITUD ‘POLITIQUERA’
Ya lo advirtió el Presidente de la República, que no dejará pasar por alto la actitud “politiquera” del contenido del informe que dio a conocer la ASF. En consecuencia, diputados morenistas de la Comisión de Vigilancia ya anunciaron que realizarán una investigación y en caso de encontrarse faltas administrativas por parte del auditor Colmenares y otros integrantes de la ASF, se procederá con la destitución.
“Nosotros vamos a revisar todas las observaciones que existan y que se aclaren, si hay alguna anomalía o monto observado que sea de una cuestión o procedimiento administrativo o penal, iremos hasta que se aclare todo (…) si deriva de una cuestión de que se haya incurrido en cualquiera de las conductas consideradas faltas administrativas graves, entonces sí procede la remoción”, señalaron.
COLMENARES DESCARTA RENUNCIAR
David Colmenares, ante los medios de comunicación, ha descartado renunciar a su cargo al no tener culpabilidad por un posible error cometido en su reciente informe.
Al reconocer “errores” en la metodología, para determinar que el costo de cancelación del aeropuerto “Texcoco” no es de 331 mmdp de pesos, como inicialmente se informó, el titular de la ASF dio pie a que el Presidente y sus colaboradores le corrijan la plana completa.
El secretario de Hacienda, una vez revisada y corregida la cifra del costo de cancelación del aeropuerto “Texcoco”, reconoce que dicha cifra es del orden de 230 mil millones de pesos, 100 mil millones arriba de lo que se había dado a conocer.
Al apresurarse a reconocer el “errror” de la ASF en esta cifra, el titular David Colmenares puso en entredicho la credibilidad, sobre todo el contenido del “Informe de la cuenta pública 2019”, que en un primer momento señalaba la existencia de hasta 67 mil 498 millones de pesos en irregularidades, mismas que incluían: pagos a beneficiarios fallecidos, servicios de los que no se pudo comprobar su realización, trabajadores por honorarios que desconocieron las firmas en los contratos, pagos duplicados y recursos que no se reintegraron, pese a que no se pagaron.
YA TODOS DESCONOCEN A LA INFORMACIÓN DE LA ASF
Sin embargo, ya toda la información que se dio a conocer puede ponerse en duda y entredicho, tan es así que ya todo mundo desconoce las cifras, como Claudia Sheinbaum Pardo, jefa de Gobierno de la Ciudad de México, y Alejandra Frausto, secretaria de Cultura.
El informe señaló que se encontraron movimientos “irregulares” en el pago de pensiones a adultos mayores, por un monto de 992 millones 680 mil 415 pesos. Registró que el Banco del Bienestar giró pagos por un monto de 983 millones 663 mil 600 pesos a 77 mil 117 adultos mayores de todo México que no se pueden comprobar con alguna evidencia de documento, ya que carecen de CURP. Incluyó el caso de 511 beneficiarios, les fue duplicada la pensión por un monto de un millón 836 pesos. Y otro monto por 6 millones 308 mil 700 pesos no se tiene una evidencia que acredite de dónde procede el concepto “Pago de Marcha”, el cual corresponde a 4 mil 948 beneficiarios.
Todo esto puede ser desmentido por el Presidente o alguno de sus colaboradores y tendrá más peso que el informe de la ASF, que también reveló que se hizo entrega de 872 mil pesos a 234 personas que aparecían como beneficiarias, pero en realidad fallecieron entre 1977 y 2018, motivo por el que no tiene sentido su inscripción en el padrón de beneficiarios pagado del ejercicio de 2019.
La secretaria del Trabajo, Luisa María Alcalde, ya salió a desmentir lo que el organismo dio a conocer que existen más de 263 millones de pesos pendientes de aclarar en la operación del programa del gobierno federal, Jóvenes Construyendo el Futuro.
También ya rechazó la titular de Energía, Rocío Nahle, que existan irregularidades en la construcción de la rfeinería “Dos Bocas”.
Pocos tendrán la certeza de que la ASF tiene bien sustentados sus dichos cuando informa que la Coordinación Nacional de Becas para el Bienestar Benito Juárez, a cargo de la Secretaría del Bienestar, reportó la entrega de los recursos de la beca a 72 titulares de las familias beneficiarias, pese a que fallecieron antes, el monto asciende a 115,200 pesos.
Además se dudará que se llevaron a cabo pagos por importes mayores a los establecidos y no se cuenta con el soporte documental que acredite el pago a 347 beneficiarios por 565,400 pesos.Tampoco se presentó la totalidad de la documentación justificativa y comprobatoria por pagos de apoyos de ejercicios anteriores que ascienden a 834,400 pesos.
Se pondrá en duda que, en la partida combustibles, y arrendamiento de equipo y bienes informáticos no se proporcionó el reintegro por 311,300 pesos y no se presentaron diversos entregables por 71 millones 885,100 pesos.
La Auditoría consignó -¿será?- que de 458 prestadores de servicios profesionales por honorarios no se cuenta con la documentación justificativa y comprobatoria que demuestre la materialización de los servicios prestados, y/o presentan inconsistencias en sus contratos e informes de actividades, el monto asciende a 15 millones 855.8 pesos.
La ASF concluyó -o inventó para hacer “politiquería”- que el manejo que se hace de los recursos públicos federales en ese programa “no asegura las mejores condiciones de economía, transparencia, eficiencia, eficacia, y honradez al Estado”.
DEBE RESURGIR LA ASF
Gran responsabilidad tiene la ASF. Se encarga de fiscalizar, de manera externa, el uso de los recursos públicos federales en los tres Poderes de la Unión; los órganos constitucionales autónomos. los estados y municipios, y, en general, cualquier entidad, persona física o moral, pública o privada que haya captado, recaudado, administrado, manejado o ejercido recursos públicos federales en años específicos y cuando ya fueron ejercidos.
Cada año la ASF, desde hace más de 15 años, ha hecho de sus informes de cuenta pública “campanazos mediáticos”, en los que se publica en todos los medios que hubo “desviaciones de recursos públicos y/o irregularidaes” siempre por miles de millones de pesos.
Sin embargo, estos “informes” están sujetos a que cada instancia a la que se le observó, tenga la oportunidad de subsanar y aclarar tales “observaciones”. Es la primera vez que un Presidente de la República rechaza, cuestiona y hasta califica de “politiquero” un informe de la ASF.
TIRO AL BLANCO A LA ASF
El enojo del Presidente y la sumisión del auditor darán pie para cuestionar todo el trabajo de la ASF. Será blanco de investigaciones y dudas respecto a su forma de trabajar. Se podrá decir que se trata de un “elefante blanco” gigantesco que debe justificar su costo, estructura, organización y funcionamiento. Se hará público que en la ASF hay “mucho general y poca caballería”.
El costo anualizado de sueldos de los mandos medios y superiores (1,250 mdp) más el personal administrativo (230 mdp) suman casi mil quinientos mdp (80%). En tanto los sueldos de los auditores suman 380 mdp (el 20% restante).
Es imperdonable la excusa de David Páramo, de que él no es responsable del “Informe”, ya que tiene bajo su mando directo asesores, secretario particular, secretario técnico, directores generales, directores de área, jefes de departamento, además las Coordinaciones de Análisis y Seguimiento de la Gestión y la de Planeación y Programación.
Algunos de los muchos colaboradores directos del auditor, algo debieron hacer para darle certeza al trabajo que daría a conocer su jefe. La oficina del auditor superior de la Federación cuenta con 110 plazas, el 70% de mandos medios y superiores, con sueldos de directores generales superiores al del Presidente de la República.
La estructura es amplia y sobrada. La Unidad General de Administración contaba hasta fines del sexenio pasado con 363 plazas; la Unidad de Asuntos Jurídicos tenía 214 puestos; la Unidad de Sistemas de Información 107 plazas; la Auditoría Especial de Cumplimiento Financiero contaba con 592 espacios; la Auditoría Especial de Desempeño tenía 321 plazas; la Auditoría Especial de Tecnologías, Comunicaciones e Información reportó 114 plazas y la Auditoría Especial del Gasto Federalizado sumó 160 plazas.
El presupuesto anual total para la ASF rebasa los 2 mil millones de pesos. Algunos análisis publicados por diversos medios en años recientes indican que la ASF cuenta con una plantilla de más de 2 mil personas dedicadas a labores de fiscalización, mientras que en otros países son menos empleados con esta tarea. Se cita el caso de Brasil, cuyo órgano auditor cuenta con mil 491 empleados destinados a labores de revisión, mientras que Chile suma 835 y mil 508 de Perú.
AUDITAR A LA ASF PARA REVITALIZARLA
La ASF ha sido y debe seguir siendo una institución que representa un contrapeso y una indispensable instancia revisora cuyo mando alineado al Poder Legislativo es parte de nuestro entramado Institucional, en cuya labor descansa un principio democrático de nuestra organización política, la división de Poderes y la vigilancia del gasto público en todos los niveles y órdenes de la Administración Pública.
Quizá llegó el momento de auditar a la ASF, para ver qué se debe corregir y depurar para hacerla más eficiente y útil a la forma de gobierno que establece nuestra Constitución.
Lo que acaba de ocurrir con la ASF debe ser sólo un tropiezo y mal entendido con el Poder Ejecutivo. El organismo revisor del gasto público debe salir fortalecido para trabajar de forma más eficiente, transparente. Debe reafirmar su, “autónomía”, como uno de los más valiosos baluartes de la organización política y democrática que hemos construido los mexicanos a lo largo de décadas.
Por todo ello, la renuncia del auditor superior resulta indispensable para salvaguardar la esencia y misión institucional de la ASF.
Debe hacerlo en beneficio de la propia Auditoría Superior de la Federación, que debe resurgir como el Ave Fénix.
*** Maestro, CP y Lic.- Consultor y Académico.
