POR TOMÁS ROJAS MADRID
La Ciudad de México (CDMX) sigue siendo una de las más importantes del mundo y es ejemplo de vanguardia y modernidad, incluso en tecnología para los capitalinos, pero todo indica que es el infierno para las mujeres.
Los feminicidios siguen siendo un dolor de cabeza para el gobierno capitalino… y las movilizaciones feministas se dan producto de que MPs y jueces no aplican la justicia y se venden al mejor postor.
Es contrastante que el visitante se sorprende de las enormes edificaciones, del despliegue de policías en las calles, de la acelerada actividad comercial, pero se pregunta por qué tanta manifestación feminista.
El turismo nacional y extranjero se sorprende de las atrocidades que llevan a cabo mujeres enmascaradas portando martillos para destrozar monumentos que simbolizan el crecimiento de nuestro país y honran a quienes ofrendaron sus vidas en aras de sus ideales y, claro, por el amor a México.
FASTIDIO E IMPOTENCIA DE MUJERES
Pero nadie reflexiona que las marchas de mujeres es una muestra clara del fastidio e impotencia que sienten ante la indolencia de las autoridades, pues se palpa que ‘les vale máiz’ los justos reclamos de justicia por parte de las mujeres.
La movilización es por los crímenes contra mujeres, pero es más porque el Ministerio Público no toma en serio las denuncias por agresiones de vecinos, “amigos”, novios y esposos hacia ellas. En concreto: El Poder Judicial no las toma en cuenta, muy bonito los discursos, pero en la práctica son letra muerta.
No hay, y eso pasa en todo el país, autoridad que sea capaz de contener tanta violencia contra las mujeres, e incluso hay jueces que solapan arbitrariedades en contra del sexo débil y ninguna autoridad mueve un dedo para aplicar la ley o cuando menos para corregir las cosas.
La pregunta que surge es: ¿Qué pasa con la autoridad de esta CDMX que se muestra pasiva e impotente ante los ataques que sufren las mujeres?
No hay un escuadrón especial para la investigación de delitos en contra de las mujeres… y si existe, ni se nota.
En lo que va del año, la suma de feminicidios rebasa los sesenta, y tal parece que la cifra no va a parar ahí.
Repito: ¿Qué hace la autoridad ante esto? Por lo visto, nada… ¿Y las mujeres? Que se rasquen como puedan, deben decir las autoridades… y si no lo dicen, seguramente lo piensan.
PNA, UN CASO CLARO DE VIOLENCIA DE GÉNERO
Un ejemplo claro de violencia de género es el caso PNA, quien fue víctima de abuso sexual de parte de los disidentes de La Cruz Azul, que de forma ilegal tomaron las instalaciones de la cooperativa ubicadas en Gran Sur.
Este caso ‘vive’ en el archivo muerto, en el ‘sueño de los justos’, pues es un caso de años y hasta el momento tienen parada la aplicación de la justicia por influencias de Rafael Anzures Uribe y teniendo como operador a su hijo Rafael Anzures Ortiz.
De esta forma es como Víctor Manuel Velázquez Rangel y Jorge Cruz Romero gozan de impunidad.
El proceso sigue abierto, pero como siempre, las autoridades actúan de forma lenta… y lo peor de esta situación es que la víctima PNA queda expuesta ante sus agresores Velázquez y Cruz, disidentes de La Cruz Azul.
Por estos hechos es que nadie cree en el Poder Judicial, pues en la práctica domina y campea en los pasillos de la Fiscalía General de Justicia de la CDMX el poder del dinero.
¿ES MUCHO PEDIR SHEINBAUM Y GODOY?
Ante este infierno de las mujeres y dolor de cabeza para el gobierno capitalino, queda “como anillo al dedo” la siguiente frase: “que tus acciones digan más que mil palabras”.
Ya las mujeres no quieren violencia ni indolencia, sólo la vigencia y la aplicación de la justicia… ¿Es mucho pedir Claudia Sheinbaum y Ernestina Godoy?