POR JOSÉ VIEYRA
LeBron James estuvo enorme, en plan brillante y abrazaba a sus compañeros cuando faltaba todavía un minuto por terminar el partido.
Ya estaba en la banca. Los Lakers habían liquidado al Heat muy temprano. Ganaron 106-93 a Miami y así se adjudicaron su título número 17 en la NBA, poniéndose en la cima de todos los tiempos junto con Boston.
Fue el fin de una campaña inédita y con mucho significado para la franquicia y la NBA. Primero porque la temporada se termina en una burbuja para evitar contagios de Covid-19, y también por la muerte de Kobe Bryant a principios de este año en un accidente en helicóptero.
“Somos campeones”, gritó el coach Frank Vogel al final del partido cuando les entregaron el trofeo Larry O’Brien, mismo que no ganaban desde hace 10 años, curiosamente con Bryant en los controles.
LeBron fue clave en la serie y en el último juego, al finalizar con triple doble de 28 puntos, 14 rebotes y 10 asistencias.
James ganó su cuarto anillo y fue nombrado el Jugador Más Valioso.
Es la primera estrella de la NBA que lleva a tres equipos al título. Lo hizo con Miami, Cavaliers y ahora Lakers.
“Es una franquicia única y orgulloso de haber ganado, agradecido con todo, con los jugadores coaches, todos”, apuntó.
