POR TOMÁS ROJAS MADRID
Toda persona que recurre a una empresa aseguradora es para tranquilidad y seguridad de la protección de un bien, ya sea material o de la vida misma.
Normalmente, cuando se firma un contrato con una aseguradora, se siente o se piensa que parte de nuestra vida está resuelto, o que ya tenemos un problema menos, pero resulta que no siempre es así.
Esto viene a colación por la experiencia que vive en carne propia Karla Vanessa Gómez Vilchis, quien el 21 de febrero pasado firmó una póliza de seguros con la compañía ABA-CHUBB.
Karla Vanessa Gómez aseguró su automóvil Audi Q7 Elite con la finalidad de tener la seguridad de estar protegida de todo… sí, así piensa uno, de todo… y más por la inseguridad y violencia que azota en el país.
Resulta que dos meses después de la firma del contrato del seguro, el vehículo fue robado en esta ciudad y con ello inició la penuria y conocer en realidad el convenio automotriz que firmó con ABA-CHUBB.
Cabe destacar que Gómez Vilchis firmó un contrato mediante la póliza XD40002857 y realizó un primer pago de 30 mil 92 pesos.
Reitero, con el robo del auto vino la cruel realidad: Los empleados de ABA, al estilo de los servidores públicos, han mostrado burocratismo y poco interés en su problema… como se dice en mi pueblo, les vale máiz las afectaciones a los clientes.
En pocas palabras, en ABA-CHUBB hay valemadrismo al no cumplir con los compromisos contraídos en la firma de las pólizas.
Es increíble que en esta emergencia sanitaria, en momentos de crisis y de falta de dinero, la poca seguridad que tenías ante un imprevisto se va a la borda por empresas timadoras como ABA-CHUBB.
Este es el viacrucis que sufre Vanessa Gómez… y seguramente hay más casos.
Desde los primeros días de junio, los empleados de ABA-CHUBB, Andrea Cabrera y Carlos Sánchez, quien funge como coordinador legal de Siniestros, le dan largas a su problema y nada resuelven.
La falta de compromiso y de seriedad de Cabrera y de Sánchez ante los clientes de ABA-CHUBBA es muy palpable y salta a la vista, pues sólo se les puede contactar mediante WhatsApp… y lo que es peor: se esconden, no dan la cara, ya que no reciben en las oficinas.
Su número de siniestro XA20E002491 de nada ha servido, pues tanto Andrea Cabrera, como Carlos Sánchez ponen como pretexto que el caso está siendo examinado en las oficinas de Monterrey… y de ese guión no se apartan.
Esta misma historia se repite como disco rayado, así pasan las semanas y los meses, y la desesperación e impotencia de Karla Vanessa crece con el paso de los días ante el incumplimiento de ABA-CHUBB. Estaremos pendientes.